Dos huérfanos vestidos de batín blanco, un caballero de la burguesía grancanaria en el centro y un pequeño grupo de salesianos. El escenario: la escalera de negra piedra volcánica que da acceso a la casa salesiana de Las Palmas de Gran Canaria. La foto, en blanco y negro, fue tomada el 8 de diciembre de 1923, día en que empezó la andadura de la vida salesiana en las islas. Cien años después, con motivo de la eucaristía de acción de gracias, la imagen se llenaba de color con la vida de miles de personas que han llenado de sentido la labor salesiana en la isla a lo largo de este siglo.
El centenario se abrió en la tarde del 31 de enero con una eucaristía en la catedral de Santa Ana, presidida por el obispo de la diócesis, monseñor José Mazuelos. Nueve meses después, en la casa salesiana, tenía lugar una eucaristía para reconocer todo lo compartido, y que estuvo presidida por el inspector salesiano, Fernando Miranda, con la que se bajaba el telón a los actos desarrollados a lo largo del 2023.
Entre el amplio programa de eventos compartidos sobresalió la primera visita del Rector Mayor, don Ángel Fernández Artime, al archipiélago. El superior mayor de los salesianos compartió la jornada del 4 de mayo para celebrar los primeros cien años de la presencia de los hijos de Don Bosco en la isla y en el archipiélago… ¡e inaugurar el segundo centenario!
”Durante 11 meses, a través de los diferentes actos y actividades, hemos querido hacerles partícipes del pasado, presente y futuro de Salesianos Las Palmas. Es nuestro deseo que, junto a la familia salesiana de la capital grancanaria, este momento histórico compartido fuera un buen broche final”, compartían con la mirada puesta en los próximos cien años.
Como recogía la prensa local, la celebración fue ‘una oportunidad de mostrar músculo y desafiar el futuro de otros cien años con la fe y el optimismo que exige el mensaje de su fundador, don Bosco, a favor de la educación y la ayuda a los jóvenes, en especial a los más vulnerables por razón de su precariedad social’.
El director salesiano, José Antonio Perdigones, concluía el Centenario durante su intervención en la cena de gala celebrada en el patio de la casa, con un desafío. “Corresponde a las nuevas generaciones el protagonismo y aunque añoramos el pasado, toca vivir el presente y planificar el futuro. Es el reto que hemos de afrontar en familia con el pegamento del carisma salesiano y el estilo de don Bosco. Nos hemos comprometido a seguir escribiendo la historia del segundo centenario”.
A por otro siglo centrándose en la formación y educación de la juventud. El carisma de Don Bosco sigue dando frutos en Gran Canaria.
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