La propuesta ha estado inspirada en el camino que está haciendo la congregación salesiana en torno a una “pastoral juvenil que educa para amar”. Y es que, señala el documento sobre la cuestión, “para educar a los jóvenes al amor es necesario, en primer lugar, ser testigos significativos de la experiencia de amor que vivimos, cada uno según su vocación, es decir, los que han elegido un camino en pareja, los solteros o los que tienen una identidad sexual diversa, los consagrados y religiosos en la comunidad. La primera propuesta es ser una prueba transparente de amor con la propia vida y, por tanto, creer en el valor del amor que queremos proponer”.
Para ello, Pernas organizó su propuesta para los participantes en torno a tres núcleos: “La base de todo: el amor” y este es polifacético, “el drama del amor herido” la respuesta de Dios a través del sacramento de la reconciliación; y “un amor que se entrega en la libertad” sobre la propuesta salesiana de la “amorevolezza”. A esto se han sumado tiempos personales de reflexión, diálogo en grupo o espacios de convivencia más informales.
El cierre lo puso la celebración de la eucaristía del domingo, preparada por los distintos participantes del encuentro que han congregado a profesores, animadores y miembros de la Familia Salesiana de un amplio abanico de perfiles y edades de las casas salesianas de A Coruña, Cambados, Lugo, Salamanca Pizarrales, Avilés, Ourense y Vigo. Las revisiones han mostrado la satisfacción por unas convivencias que han remontado en participación y cuyo animador ha propuesto claves para recomponer las heridas de la “urdimbre interior de cada educador”.
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