Enfado, tristeza, palpitaciones, impulso de soltar “sapos y culebras” por la boca…; son algunos posibles síntomas compatibles con la falta de paz. Pero… ¿qué es vivir en paz? Para algunas personas es: “equilibrio emocional”, “no hacer mal a nadie”, “vivir sin problemas”, “actuar siendo fiel a uno mismo”, “disfrutar de un agradable paisaje”, etc. Pero lo importante es que te puedas hacer tú la misma pregunta, ¿qué es para mí vivir en paz?
Y es que hay muchas cosas que nos la quitan: discutir, dar vueltas a las cosas, la mentira, los empujones en el autobús, que la gente vaya “a su bola”... Y a ti, ¿qué cosas son las que te quitan la paz? Dedícate unos segundos para tomar conciencia de ello.
Opciones
Una vez identificadas las cosas, ¿qué hacer? El mundo ofrece muchas opciones para intentar recuperar esa paz, muchas muy recomendables, como: hablar con alguien cercano, hacer deporte, pasear por la naturaleza, bailar, meditar, leer, incluso pedir ayuda a un profesional; existen otras maneras que aparentemente podrían parecer que son de ayuda, pero que conllevan problemas aún mayores, como: comprar compulsivamente, sumergirse en el consumo de sustancias o refugiarse en el móvil y las pantallas. Todas estas maneras tienen en común la posibilidad de restaurar la paz, pero sólo de forma temporal.
Vacuna
¿Se puede vivir la vida, con sus dificultades, enfermedades, desilusiones y tantas cosas que nos alteran, con la paz que da el mundo? Definitivamente, no.
Jesús, en Jn 14,27, dice: “Mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde”. Y es que la paz que da Jesús es una paz integral. El Espíritu Santo es la paz de Dios, el amor de Dios. ¿Se puede vivir la vida con todos sus contratiempos con la paz de Dios? Sí. Aunque para eso uno necesita llenarse del Espíritu y del amor de Dios, y ¿cómo hacerlo?
El papa Francisco, hace poco, recomendaba algo que puede hacer que en nuestra vida se restaure la verdadera paz. Decía lo siguiente: “Les doy un consejo. ¿Tienen un pequeño Evangelio de bolsillo? Llévenlo siempre con ustedes y, en cualquier momento, ábranlo y lean un pequeño pasaje”.
Y es que el Evangelio es la única vacuna capaz de fortalecernos y sostenernos ante los acontecimientos de la vida que nos quitan la paz, así que no lo dudes, vacúnate y que la paz sea contigo.
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