No es fácil ser profesor y estar lejos de los alumnos y más aún en tiempos tan difíciles para las familias, en los que el teletrabajo o la pérdida de éste hacen más difícil la conciliación familiar. Los padres se han convertido en profesores y no es nada fácil. Somos conscientes del gran trabajo que están haciendo en casa con los niños, intentando hacerlo lo mejor posible para que sus hijos sigan aprendiendo, aunque sea desde casa.
Desde mi experiencia en estos tiempos, como profesora de Primaria en el Colegio salesiano de Paseo de Extremadura, hemos visto cómo la cercanía con los alumnos y las familias seguía cobrando sentido. ¿Es eso posible? Cada uno en su casa, intentando conciliar la vida familiar, laboral y la educación de los hijos… por supuesto. Los profesores hemos estado en continuo contacto con padres y madres de familia con ganas de hablar, de contarnos su día a día y sus preocupaciones familiares y laborales, sobre la educación de los hijos y cómo intentan hacer todo lo posible para seguir adelante cueste lo que cueste.
Don Bosco decía que “la educación es cosa del corazón” y razón no le faltaba. Los profesores hemos seguido realizando nuestro trabajo con mucho amor y cariño. Es cierto que no es lo mismo el cariño que se transmite de forma presencial a la virtual, pero la cercanía y el interés por ellos ha seguido ahí. Es fundamental que vean el apoyo que tienen de los profesores, que les ayudemos en todo lo que esté en nuestras manos, haciendo nuestro trabajo lo mejor posible y por supuesto, como el amor y la cercanía que caracteriza nuestro carisma salesiano.
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