¡A robar que son dos días!

Aprendiendo a Vivir

8 mayo 2025

Irune López

l

¡Qué importante es pasar momentos en familia! Las pantallas nos absorben y nos aíslan del resto. Poned un juego de mesa para todos, veréis lo que son risas y piques sanos.

El otro día, tras una tarde de esas en que todo el mundo estaba a su aire (la mayoría con su pantalla), después de cenar me lie la manta a la cabeza y propuse lo impensable: “¿Y si jugamos a algo un rato?”. Silencio. Miradas. Algún resoplido… Pero no iba a dejarme amilanar. Saqué el “UNO” a todo correr y… ¡milagro! Se fueron acercando. Media hora después, mi hijo mayor gritaba “¡roba cuatro!” con una malvada sonrisa y el pequeño no podía parar de reírse de su padre. Acabamos todos picados, pero “felices”; alguno pidiendo revancha.

Y es que a veces se nos olvida lo poderoso que es jugar en familia, especialmente con hijos ya no tan peques. No lo intentamos porque pensamos que ya no van a querer jugar con nosotros; pero ¡sí quieren! Solo hay que insistir un poco si al principio resoplan.

Jugar juntos

Sobre todo, juegos de mesa, no es solo “pasar el rato”. Es la excusa perfecta. Para sentarnos sin prisas, para mirarnos a la cara, para reírnos juntos, para chincharnos con cariño y, sobre todo, para conectar. Porque en medio de una partida, sin darnos cuenta, pueden surgir conversaciones interesantes, gestos de complicidad y una forma de transmitir ese “te quiero” que a veces no sabemos cómo decir.

Y es que los juegos de mesa tienen una magia especial:

  • Nos enseñan a ganar sin chulear y a perder sin dramas (bueno, eso lo intentamos; aunque algunos…).
  • Refuerzan la memoria, la atención y la estrategia.
  • Fomentan el respeto por las normas y la empatía.
  • Sacan a la luz nuestros lados más ocultos. Nos ayudan a conocernos.
  • Y, sobre todo, nos juntan sin pantallas de por medio, lo cual ya es motivo de celebración.

Y no hace falta organizar una olimpiada ni tener un armario lleno (aunque ahora hay mucha variedad muy interesante). Vale con sacar cualquiera y dejarse llevar (¡hasta el “Parchís” sigue funcionando!). Hasta el más adolescente se engancha, sobre todo si hay algo de pique sano y risas aseguradas. Y, si están los abuelos, un buen chichón nunca falla.

Así que, familias, nunca subestimemos el poder de una buena partida juntos. Porque, al final, lo que más recordarán nuestros hijos no será si ganaron o perdieron, sino con quién jugaron… y hasta con quién se picaron. Y esos ratitos se quedan grabados en los corazones.

¿Y tú? ¿Cuándo fue la última vez que gritaste “¡UNO!” a todo pulmón? Hoy puede ser un buen día para volver a hacerlo.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

También te puede interesar…

La alegría

La alegría

Hoy celebramos la fiesta de Santo Domingo Savio, un santo muy querido para todos los que vivimos la fe desde el...

Los 10.000 pasos

Los 10.000 pasos

¿No andas 10.000 pasos al día? ¿No te controlas con tu reloj inteligente o tu teléfono móvil? Pues quizá te hayas dado cuenta realmente de lo importante… en el artículo te lo contamos.