Esta fotografía del altar en Salesianos Carabanchel en 1973, nos abre una ventana al pasado y nos invita a recorrer con la memoria los espacios que dieron forma a la vida de generaciones enteras. Este altar, tal como aparece en la imagen, corresponde a una disposición del espacio antigua, anterior incluso a los recuerdos que muchos de nosotros guardamos de la misma iglesia. Es un testimonio de cómo los espacios también cambian con el tiempo, y de cómo cada generación ha vivido su propia experiencia en torno a ellos.
En el centro del altar, destaca la imagen del Sagrado Corazón, primera y más antigua advocación de esta casa salesiana, que ha sido testigo silencioso de generaciones de jóvenes que pasaron por sus aulas y patios. A la izquierda, una antigua imagen de María Auxiliadora acompaña este espacio sagrado, recordándonos la devoción y el cariño que siempre ha caracterizado a esta presencia salesiana.
El retablo, sobrio y geométrico, enmarca la escena con líneas rectas y tonos claros, mientras la luz que entra ilumina suavemente el espacio, creando un ambiente de recogimiento y serenidad. Un detalle significativo de la escena son los estandartes que aparecen en la fotografía, pertenecientes a los utilizados en la procesión de la Virgen. Su presencia indica la cercanía de la fiesta de María Auxiliadora y nos permite documentar que esta fotografía fue realizada en el mes de mayo de aquel año, momento en que la comunidad se preparaba para celebrar con fervor y alegría a su patrona.
Cada rincón de Salesianos Carabanchel fue testigo de historias personales y colectivas. Recordar estos lugares es celebrar la comunidad que se formó en torno a ellos. No se trata solo de arquitectura o de objetos, sino de la huella intangible que dejaron en quienes los habitaron. El altar de 1973, inmortalizado en esta fotografía, se convierte en símbolo de un tiempo en que lo espiritual y lo educativo se vivían como una misma experiencia, aunque su aspecto ya no coincida con el que muchos conocieron en años posteriores y ahora haya otra nueva disposición y decoración de este altar, pero en la misma iglesia.
El verdadero patrimonio de Salesianos Carabanchel está en la unión de sus espacios y en la memoria compartida de quienes los vivieron. Preservar y difundir estas imágenes significa reconocer que el patrimonio no se limita a lo material, sino que también abarca las experiencias, los afectos y las historias que se vivieron en torno a ellos. Cada fotografía, cada testimonio y cada evocación se convierte en un puente entre generaciones, asegurando que la historia de la casa siga siendo un legado vivo y accesible para el futuro.
La fotografía que hoy compartimos pertenece al fondo fotográfico de los hermanos Muñoz, quienes han cedido generosamente esta imagen en recuerdo de su paso por Salesianos Carabanchel. Damos gracias por este gesto, que nos recuerda que la memoria se construye y se transmite gracias a la colaboración de quienes vivieron estos espacios y desean mantenerlos vivos en el corazón.
Hoy, al mirar esta imagen, no solo vemos un altar, sino también los sueños, las oraciones y las vivencias de quienes pasaron por aquí. Es una llamada a valorar y cuidar estos espacios, para que las futuras generaciones puedan seguir sintiendo ese mismo cariño y pertenencia que muchos de nosotros guardamos en el corazón.
DATOS IMAGEN:
Imagen digital de original fotográfico, blanco y negro,en soporte de papel, cedida por el antiguo alumno salesiano Tomás Muñoz, como parte del fondo fotográfico de los Hermanos Muñoz, en recuerdo de su paso por Salesianos Carabanchel.




0 comentarios