El Banco Central Europeo en 1996 eligió la idea del diseñador austríaco Robert Kalina (1955) para el diseño del billete de la nueva moneda, el euro.
Kalina usó motivos que combinaban elementos constructivos con diversos estilos arquitectónicos. En el anverso aparecían ventanas y puertas que simbolizaban el espíritu de apertura y cooperación y en el reverso eran puentes, una metáfora que hablaba de la unión de los pueblos entre sí y con el resto del Mundo. En 2013, el alemán Reinhold Gerstetter (1945) fue el responsable elegido para el rediseño de una segunda edición de los billetes, tomando como base la inspiración original de Kalina. Esta nueva edición, que es la actualmente en curso, es conocida como serie Europa. Un auténtico acierto.
La Puerta de Isthar, ordenada construir por Nabucodonosor II en el año 575 a.C. en Babilonia fue una de las 8 puertas monumentales (10 metros de altura por 14 de ancho) de la muralla interior de la ciudad, a través de la cual se accedía al templo de Marduk. El nombre de Isthar lo recibía de la diosa a la que estaba consagrada. Estaba construida de adobe y decorada con cerámica vidriada, la mayoría de color azul debido al lapislázuli, con siluetas de dragones, toros, leones y en la parte inferior, grandes florones.
Acán, un cabeza de familia israelita de los que acompañaban a Josué en la ocupación de la Tierra Prometida, desobedeciendo las indicaciones de Yahvé, se apropió de oro, plata y un manto en la toma de Jericó. Este acto causó la derrota de su pueblo en Ay. Su desobediencia fue descubierta; confesó, y él y los suyos fueron apedreados en el valle de Acor (Josué 7, 16-26). Este lugar desde entonces fue sinónimo de desastre y maldición. Yahvé recuperó esa imagen nefasta por medio del profeta-enamorado Oseas. Dijo: “Allí le daré sus viñas, convertiré el valle de Acor, en puerta de esperanza” (Os. 2, 17a).
El 31 de mayo de 2020, durante la primera ola de la pandemia cuando muchos en el mundo estábamos desanimados y abatidos, el Papa Francisco escribió una carta a los sacerdotes de Roma animándolos de una manera amorosa, cercana y potente: “les escribo porque quiero estar más cerca de ustedes para acompañar, compartir y confirmar vuestro camino”. “Y con humildad dejémonos ungir por esas palabras de Pablo para que se propaguen como óleo perfumado por los distintos rincones de nuestra ciudad y despierten así la discreta esperanza que muchos —silenciosamente— albergan en su corazón: “Atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados. Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo» (2 Co 4,8-10)”.
Por estas razones quiero contribuir junto a vosotros, humildemente, desde esta tribuna de opinión (nuevo areópago abierto al mundo) a levantar esta “nueva puerta de la esperanza” que tanto nuestro mundo como nosotros necesitamos para vivir y las mujeres y los hombres no hemos dejado de construir y edificar desde el albor de los tiempos.
El estilo quiere ser cercano, actual e inspirado en aquel genio de la comunicación y del testimonio que fue el periodista y sacerdote José Luis Martín Descalzo (1930-1991): “Basados en hechos reales y cotidianos de la vida, con un estilo singular, a modo de parábolas, que tratan de dar una respuesta de esperanza al dolor humano, utilizando para ello un lenguaje sencillo, transparente y a la vez profundo, al alcance del hombre de la calle”.
Excelente artículo, muy documentado y esperanzador, amigo y hermano Pedro. Abrazos cordiales desde «Los Cerros» que bien conoces y que también son históricos en España.