Salesianos Estrecho añora siempre la luz

De andar y pensar   |   Paco de Coro

23 octubre 2018

Los salesianos jamás consiguen borrar su perfil de barrio popular, de chicos y muchachos bulle-bulle y de pantalones de pana y vaqueros de tergal, pisando aulas como revolucionarios y corriendo patios y solares.

-Lo que hace la madre, hacen los hijos.

Y una fila de diez gamberros desfila por el solar haciendo burlas o morisquetas, dando collejas y pegando saltos, que lo que hace el primero tienen que hacer los demás.

Antonio Torm, el salesiano catalán, tiene algo contrariado el entrecejo.

Siente, intuye, sabe que España está cambiando, aunque no sabe de qué magnitud es lo que se viene encima.

-La que se viene en España es la revolución.

-No me digas, Antonio.

-Primero una República, y después…, eso, la revolución.

El barrio de Cuatro Caminos, a principios del siglo XX, estaba morado de republicanismo y morado de hinchazones de pueblo. Las inmensas clases populares constituían el macizo del barrio sin voz y sin esperanza. Antonio Torm, “Don Antonio”, quiso salirle al encuentro.

Torm era feote, digno, noble, con sotana raída, con gafitas pequeñas y redondas o sea quevedos, y desde Atocha a Estrecho todos los fines de semana se lanzó a la aventura de su vida. En 1919 inicia un Oratorio para la chiquillería, con el patrocinio del nuncio Teleschini y la duquesa T´Serclaes (Milagros Hurtado) que junto a su marido ceden los terrenos.

Salesianos Estrecho fue entonces el sitio, la patria natural de la chiquillería de Bravo Murillo, Francos Rodríguez, Alvarado, Valdeacederas, y por tanto la de Antonio Torm y la de Salesianos Madrid, una patria callejera y feliz y en alpargatas, con el pelo al cero por temor a las liendres.

-Un día, señora duquesa, tiene Vd. que venir al cocido de los salesianos, con el señor nuncio.

-Ah, el señor nuncio, padre Torm, grandísimo liberal: en clérigos como él está el germen ignorado y glorioso de la Iglesia en España.

Amigo Javier Valiente, tienes que aceptar lo inexplicable y rendirte al nuevo creacionismo. En cuestión de horas, en el mismo barrio de Tetuán donde desaparecen un par de librerías, de mercerías y el bar de las partidas de dominó, han abierto seis establecimientos de agencias inmobiliarias. Bien. Hasta hace bien poco, lo que surgía de la noche a la mañana eran comercios de todo a cien (pesetas). Ahora, sin complejo alguno, estas nuevas agencias se sitúan al lado de los bazares chinos y las tiendas outlet. Al fin y al cabo tan sólo ofrecen una pequeña variante: todo, todo a cien (millones de euros).

Vamos, que por todas partes nos invade el escaparatismo. Y ya no sólo la propiedad inmobiliaria está en el escaparate, sino cualquier empresa, comercio, fundación, institución, colegio. Realizados, atractivos y únicos, Salesianos Estrecho forma ya parte descarada del deseo de más de mil quinientas familias para la educación de sus hijos, porque la media de sus alumnos en la EVAU´17 fue de 7´4 lo que le sitúa entre los centros con los mejores resultados académicos, el reconocimiento de Google Reference School (sólo hay cuatro colegios en Madrid) y Primer Centro al que se ha otorgado el Premio de carencia de Bulling.

Amigo Javier, también los escaparates tienen sentimientos.

A los comercios “de toda la vida” se les ve perplejos, con sus maniquíes atónitos y boquiabiertos, ante el desparpajo rompedor de los nuevos reclamos. Nadie sabe explicar lo inmobiliario. Para conocer los sentimientos de Salesianos Estrecho me fui a hablar con el nuevo director de la Obra.

Javier Zapata García se mueve por la vida con los sentimientos por fuera. Es limpio, servicial y cristiano, haciendo de ello una lanzadera con muchas posibilidades de amortización. Sale a recibirme a la calle misma.

-La infelicidad, Paco, aquí no es bienvenida.

-Como tampoco en Salesianos Atocha, como en ninguno de nuestros centros.

-No me malinterpretes, este asunto tiene que ser entendido convenientemente enmarcado.

-Es decir.

-Mira Salesianos Estrecho ha acumulado a lo largo de ocho o diez generaciones una considerable fortuna y si se te ocurre preguntarte cómo se ha llegado a semejante resultado me permito sugerirte la respuesta: talento, valentía, trabajo, picardía, errores afortunados y un profundo, coherente e irrenunciable sentido de la economía. Cuando hablo de economía no sólo hablo de dinero. Salesianos Estrecho como familia que es no desperdicia nada, nada. ¿Me sigues?

-Pues claro.

-Mira, aquí se tiene propensión a creer que la infelicidad es una pérdida de tiempo y, en consecuencia, una forma de lujo que, durante cierto número de años, nadie nadie puede permitirse todavía. Quizás en un futuro. Pero, por ahora, en ninguna circunstancia de la vida, ninguna, por muy penosa que sea, por muy paradójica, está permitido robarles a las almas de nuestros chicos algo más que un momentáneo desconcierto. La infelicidad roba tiempo a la alegría, y sólo en la alegría se construye la prosperidad. Si lo piensas por un momento, todo es muy sencillo.

-¿Te puedo formular una objeción?

-Si sois tan maniáticos con la economía, ¿qué pasaba con esos desayunos y comidas de la fallecida Duquesa de Alba?

-No eran desayunos, Paco, eran ritos de cercanía y agradecimiento de Doña Cayetana a los chicos de las clases populares.

-Y, además, yo he hablado de sentido de economía, no de avaricia, característica ésta completamente ajena a Salesianos Estrecho, que quiere y es familia.

Me volví andando desde Francos Rodríguez 5 hasta Marqués de la Valdavia 2. Hace bien el corazón “partío”, dicen los médicos. Me volví, pues, a lo largo de Bravo Murillo, asomado al insólito y optimista calvinismo español que recorre nuestras calles y nuestras ciudades, en una carísimo todo a cien disparatado. ¿Estaremos antes un gran flash mobbing?

Amigo Javier Valiente, como tú, como todos, me rindo al nuevo creacionismo. Mientras daba vueltas a la fisonomía de Salesianos Estrecho, con su 40% de alumnos extranjeros de 22 nacionalidades y 6 religiones intentaba pulsar su memoria. Hay gente que piensa que la recuperación de la memoria es un acto de revancha. Se olvidan de que la memoria, como bien explican los neurólogos, añora siempre la luz. Como los libros en un calabozo.

Este artículo rinde homenaje a aquellos compañeros de Salesianos Estrecho que nos fuimos al Seminario en el año 1953: Alejandro García, Juan de Dios Gómez, J. Jacinto Gómez Maldonado, Luis López Puerta (+), Pepe Rioja, Enrique Prieto y 'Peteno'.

5 Comentarios

  1. Antonio

    El animoso y variado Estrecho. El pulso de Madrid quizá hay que tomarlo allí.

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  2. Auxi

    Salesianos Estrecho, lugar de encuentro, espacio de acogida, Alegría y bullicio en el patio, firmeza y cariño en las aulas. Colorido, Alegría y multirracial. Todos tienen cabida, con un recibimiento entusiasta. Trabajando en la integración, la igualdad de oportunidades, el esfuerzo, siempre desde la Razón, la Religión y el Amor.Salesianos Estrecho es FAMILIA.

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  3. PepeG

    Cuanta contemporaneidad, cuanto alineamiento histórico. Salesianos Madrid, historia de España del siglo XX. La base para seguir protagonizando el XXI. Animo!

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  4. Lola

    ¡¡¡Cuánta genialidad ha salido de Salesianos Estrecho!!!…. 22 nacionalidades,6 religiones… Y la memoria buscando la luz.Me ha encantado tu post.

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  5. Samuel

    Esa es la respuesta diaria, minuto a minuto, año a año y siglo tras siglo, a la caricatura fácil de la noticia puntual y descontextualizada de una obra como Salesianos Estrecho. «Por sus frutos los conoceréis», que dijo Jesús. Y si la vida callada y el trabajo educativo bien hecho en el día a día no convence, no lo hará ni aunque resucite un muerto.

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