Igual habéis leído esta frase: “Las nuevas tecnologías nos acercan a los que están lejos, pero nos alejan de los que están cerca”. Ayer volví a leerla y me paré a pensar. ¿Será cierto?
Supongo que depende de las costumbres de cada cual, pero es verdad que con el móvil es fácil que ocurra. Lo tenemos tan a mano y sirve para tantas cosas que es difícil no usarlo a cada momento. Tanto que ya existe un término de estos acabados en –ing: el phubbing. Se define como “ignorar a las personas de alrededor por estar únicamente concentrado en el móvil, tablet o cualquier otro dispositivo”.
Como esta sección es ‘Vivir en familia’, os propongo fijaros una semanita en la vuestra: ¿Cuándo y cómo se usan móviles, tablets…? ¿Cuánto tiempo interactuamos entre nosotros y cuánto con los aparatos? ¿En qué momentos los coge cada uno? ¿Alguien hace algún phubbing que otro al resto?
Es interesante hacerlo porque a veces lo tenemos tan integrado que ni somos conscientes de ello. Igual descubrimos a algún descolgado o hiperconectado… O caemos en la cuenta de cosas que hacemos nosotros mismos…
Igual también nos demos cuenta de que estemos dejando algo descolgados a familiares que no viven en casa; por ejemplo, los abuelos. Muchos lo de escribir en el móvil lo llevan fatal o les es imposible. ¿Usamos el arcaico método de llamarles por teléfono si no podemos visitarlos?
Porcentajes que asustan
Hoy a muchos nos da yuyu hablar por teléfono. Estudios nos dicen que esto afecta especialmente a los millenials (nacidos en los años 90) en adelante. Se habla incluso de fobia. Fijaos: El 75% evita llamar porque consume mucho tiempo, el 64% no responde para evitar que alguien se queje o les pida algo. El 29% tiende a evitar llamadas de amigos y el 25% de su familia. El 88% prefiere tener en su móvil datos ilimitados que llamadas. El 81% siente ansiedad sólo por pensar en hablar por teléfono. ¿Qué os parece?
Pues una vez realizada la observación, os invito a pensar: En nuestra familia la tecnología, ¿nos acerca o nos aleja? ¿Qué podemos hacer para estar bien conectados unos con otros? ¿Cómo entrenar a los más jóvenes para evitar estas fobias?
Ánimo, habladlo entre vosotros e incluso llamaos la atención mutuamente, pero con dulzura. “Se atrapan más moscas con una gota de miel que con un barril de vinagre”, que diría Don Bosco.
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