Alberto Ricardo Lorenzelli Rossi, recibió el Ministerio del Episcopado este sábado 22 de junio, directamente de parte del Santo padre Papa Francisco. Acompañado por sus familiares, unos 20 obispos, unos 250 salesianos salesianos de Don Bosco, decenas de Hijas de María Auxiliadora, amigos de Italia y Chile, y cientos de feligreses de diversas comunidades donde trabajó.
Presidió la celebración el Papa Francisco en la cátedra del altar de San Pedro, en la basílica del mismo nombre de la Ciudad del Vaticano, a pocos metros de la tumba del primer vicario de Cristo. En una breve pero intensa homilía, el Santo Padre recordó lo esencial del ministerio episcopal: “El obispo es un siervo, pastor, padre, hermano, nunca un mercenario… Es más responsable del servicio que de la dominación, según el mandamiento del Maestro: ‘Quien sea el más grande entre vosotros que sea como el más pequeño’”.
El Papa indicó también que el prójimo más cercano del obispo son los sacerdotes y los diáconos. “Cerca de los sacerdotes: ¡muy cerca! Que cuando te busquen, te encuentran inmediatamente, sin burocracia: directamente. Pero también sé cercano a los pobres, a los indefensos y a todos los que necesitan acogida y ayuda”.
El Papa Francisco subrayó que “es Cristo, de hecho, quien en el ministerio del obispo continúa predicando el Evangelio de la salvación, es Cristo quien continúa santificando a los creyentes a través de los sacramentos de la fe… Es Cristo quien, con la sabiduría y la prudencia del obispo, guía al pueblo de Dios en la peregrinación terrena hacia la felicidad eterna”.
Elegidos por el propio obispo Lorenzelli, co-consagraron junto al Santo Padre el cardenal Tarcisio Bertone -su formador y profesor y monseñor Celestino Aós, administrador apostólico de la Arquidiócesis donde desempeñará su tarea. En calidad de acompañantes, el P. Pier Fausto Frisoli, su compañero de formación y actual Procurador de la Congregación, y el P. Francesco Cereda, Vicario del Rector Mayor. Estuvo presente también el P. Carlo Lira, actual Inspector de los Salesianos en Chile.
El domingo 23 de junio, a las 11 de la mañana celebró su Primera Misa como Obispo y durante la homilía agradeció a los presentes de muy particular a sus familiares. En un momento de su discurso, Mons. Lorenzelli recordó a su Papá y a sus familiares que ya se encuentra en el cielo.
Durante una breve entrevista a los medios de comunicación de Chile manifestó que desea llevar “al pueblo de Chile, que me acogió con tanto cariño, esperanza. Chile es un país cariñoso y que tiene un gran sentido espiritualidad con una religiosidad profunda, donde tenemos que construir comunión y confianza. Yo he colocado en el lema que me acompañará como Obispo, ‘llevar alegría’. Yo creo personalmente que son muchas más las cosas y las realidades que nos alegran que los problemas y las dificultades… Tenemos que testimoniar la fe, ser creyentes, creíbles y auténticos”.
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