El pasado mes de marzo, durante uno de sus directos, el streamer y tiktoker @Retrato_robot tuvo que interrumpir su emisión en directo y hablar con uno de sus seguidores al leer el mensaje que le había escrito. El muchacho en cuestión le preguntó si a la semana siguiente iba a hacer una conexión en directo como es habitual en él. Extrañado por la pregunta, le preguntó el porqué de la misma, a lo que el muchacho contestó: “Porque estaré de cumpleaños y así lo celebro con alguien”. En ese momento, la cara del streamer cambió y, medio en broma medio en serio, le preguntó: “¿Cómo vas a celebrarlo conmigo, yo qué te voy a regalar?”, a lo que el usuario le confesó que no le pedía nada y que era “para estar con alguien”. Y así sí, la cara de @Retrato_robot cambió por completo.
Esta situación, para nada esperada ni preparada, hizo que el directo cambiara completamente expresándose de esta manera: “Cada día más y más jóvenes se quedan tardes, fines de semana y cumpleaños solos en su casa. Por eso, es tan importante la labor de pequeños y grandes streamers para crear una comunidad sólida e inclusiva en la que todo el mundo se sienta cómodo en ella”. Estas palabras se han hecho virales y acumulan más de 350.000 me gusta.
Maldita soledad juvenil
Es de alabar cómo se manejó la situación y la empatía por parte de @Retrato_robot, no sé si otros usuarios hubieran sido capaces de salir al paso de la misma manera. Pero yo quiero ir un paso más allá. Porque la pregunta no es si TikTok sirve para que los chicos y las chicas no estén solos; la pregunta no es si las comunidades digitales deben ser más abiertas e inclusivas, no. La pregunta de fondo es si ¿no estaremos viviendo más solos que antes? Estamos más conectados, nos escribimos más con nuestros familiares y amigos, pero ¿nos comunicamos más con ellos o tenemos la falsa sensación de que lo hacemos? Es preocupante ver como los Centros Juveniles Salesianos y las parroquias cada vez tienen menos jóvenes, mientras muchos de ellos viven solos en el espacio digital. ¡Cómo echo de menos cuando en familia veíamos juntos el “Un, dos tres” o “Farmacia de guardia”! Hoy cada uno ve en su habitación lo que quiere en Netflix. Cada vez más conectados, pero cada vez más solos.
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