Todos sabemos que en las redes sociales no todo es trigo limpio. Es cierto que nos ayudan a encontrarnos con otras personas, a descubrir cosas y a contar nuestra propia vida. Pero, para algunos adolescentes, se convierten en lugar donde experimentar sensaciones que traspasan el límite en su proceso de descubrir su cuerpo y su relación con el mundo.
El pasado mes de octubre aparecía en El Mundo la siguiente noticia: “Aumenta tras la pandemia hasta un 246% la peligrosa ‘moda’ de las autolesiones en menores”. En el texto, la doctora Natalia Rodríguez, del Hospital Niño Jesús de Madrid, señalaba que, además de la pandemia, la tecnología y las redes sociales iba en paralelo a este fenómeno.
Alertar a padres y educadores
Algunos datos del artículo son una llamada de atención a padres y educadores para que estemos muy atentos a algunas de las consecuencias de la pandemia entre los menores y busquemos claves de diálogo, comprensión y acción ante posibles situaciones que nos podamos encontrar. En concreto, la Fundación ANAR —Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo—, en su informe 2020, señala que tras la pandemia se han alcanzado cifras récord en ideación suicida (+244,1%), ansiedad (+280,6%) o autolesiones (+246,2%).
En los últimos años, y más tras la pandemia, se ha disparado al 246% la peligrosa ‘moda’ de las autolesiones en menores. Esta práctica peligrosa está muy relacionada por el uso que los adolescentes y jóvenes hacen de las tecnologías y de las redes sociales.
El problema no es nuevo, siempre ha estado ahí, pero con la pandemia y las dificultades de algunos padres para conectar con la realidad digital que rodea a sus hijos —hiperconectados, adicción a nuevas tecnologías, la cultura del selfie, la inmediatez, la perfección, agradar a toda costa— unido al momento de vulnerabilidad que se vive en la adolescencia, hace que expresiones como las autolesiones crezcan. Se denomina autolesión no suicida al daño intencionado y autoinfligido del tejido corporal (cortes, golpes o quemaduras) sin intención suicida y para fines no sancionados social o culturalmente.
Autolesiones y tecnología
Pero, ¿por qué está asociado al mundo de la tecnología? Muy sencillo, porque muchos adolescentes no encuentran la manera de expresar lo que les pasa, o si lo han hecho no encuentran respuesta, y las redes sociales son el escaparate válido para expresar su malestar. Además, en redes se puede llegar a un punto de refuerzo y vinculación con iguales y así sentirse parte de un grupo. Incluso algunas veces podemos asistir a un efecto llamada.
Durante años, Instagram ha sido un agujero lleno de imágenes de cómo autoinfligirse daño. En 2019, Instagram prohibió imágenes gráficas de autolesiones y, más adelante, lo extendió a las representaciones ficticias de autolesiones o suicidios. Con todo, los adolescentes eligen hashtags ambiguos diseñados para evitar la censura.
Fuente: Boletín Salesiano
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