La editorial PPC publica el cuarto y último volumen de la serie Dejad que los niños escuchen mi voz, obra del salesiano Miguel Ángel Moreno Nuño. Se trata del complemento que aún faltaba en el proyecto inicial de la serie para llevar la misa dominical a la vida diaria. Con este recurso los padres, muy posiblemente también los abuelos y, a buen seguro, incluso algún hermano reticente, se pueden sentar con el más pequeño de la familia y, en casa, tras haber celebrado la eucaristía dominical, se dispongan a jugar y a refrescar lo escuchado en la liturgia de la Palabra del domingo, según la renovada propuesta de «leccionario» para las misas con niños que ofrece el autor. Así se cierra el círculo empezado en la propuesta de lecturas (volúmenes 1 y 2) y continuado por los recursos para la celebración (volumen 3).
Los cuatro volúmenes han sido editados por PPC y se encuentran a la venta on line y en las librerías religiosas.
Esta iniciativa veía la luz en mayo de 2022 con una presentación que tuvo lugar en la casa inspectorial de Madrid. En su momento acompañaron al autor varias de las personas implicadas en la génesis y en la edición de la obra: Javier Navarro, por la editorial PPC, y José Andrés Sánchez Abarrio, del Instituto Superior de CC. Religiosas y Catequéticas «San Pío X».
En la presentación ya se pudo gozar de un adelanto de estos subsidios para prolongar en casa durante la semana la Palabra proclamada en la celebración dominical.
Sobre el autor
Granada, (1972), sacerdote salesiano, es licenciado en Filología Clásica por la Universidad de Granada, en Ciencias Religiosas y Catequéticas por la Universidad Pontificia de Salamanca y en Teología (especialidad en Sagrada Escritura) por la Universidad Pontificia Comillas. Además, cuenta en su haber con un Máster en Pastoral Juvenil y Catequética. En la actualidad, ejerce la docencia en la Facultad de Letras Cristianas y Clásicas de la Universidad Pontificia Salesiana, en Roma.
Cuenta con un largo bagaje en el mundo de la educación: no en vano ha dedicado la mayor parte de su vida a la enseñanza en Secundaria y Bachillerato en algunos de los centros educativos que la congregación salesiana tiene en Andalucía y Canarias.
A la par que la docencia, ha desempeñado labores de dirección, coordinación y animación, particularmente en el ámbito de la pastoral de niños, adolescentes y jóvenes.
En la educación formal, se ha distinguido en su empeño por la evangelización explícita y el anuncio del Evangelio en el aula, y mediante mil propuestas renovadas que tienen aún cabida en la escuela católica.
En la educación en el tiempo libre, no ha sido menor su compromiso por hacer atractiva y actual la oferta del Evangelio a través de los grupos e itinerarios de educación en la fe, particularmente el Movimiento Luz-Vida y los grupos Cristo Vive.
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