Educación afectivo-sexual salesianos, una prioridad pastoral
El plan formativo en educación afectivo-sexual salesianos comenzó una nueva etapa en la Casa Don Bosco de Madrid. Esta propuesta nace como respuesta al desafío actual de acompañar a niños, adolescentes y jóvenes en su crecimiento afectivo, sexual y espiritual. Además, pone en el centro la dignidad de la persona y la necesidad de educar en la verdad, la libertad interior y el amor responsable.
En esta tercera promoción participan 21 educadores de las inspectorías Santiago el Mayor y María Auxiliadora, junto a cuatro docentes de la Orden de los Maristas. Este dato refleja el valor compartido del plan y su orientación intercongregacional. La formación está dirigida a orientadores, tutores, animadores, responsables de pastoral y agentes educativos que influyen directamente en los procesos formativos juveniles.
Una formación que integra fe, afectividad y acompañamiento
El programa ofrece una visión integral de la educación afectivo-sexual salesianos, basada en la antropología cristiana. De este modo, aborda la afectividad desde un enfoque humano y espiritual, promoviendo la maduración personal y la construcción de relaciones sanas.
Además, el plan combina fundamentos de biología, psicología, moral cristiana y pedagogía preventiva. Gracias a esta estructura, los participantes comprenden la realidad juvenil actual y reciben herramientas concretas para acompañar a los jóvenes en un contexto marcado por la cultura digital, la presión social y la búsqueda de identidad.
Metodología y experiencia formativa
La formación se desarrolla en modalidad semipresencial, conocida como b-learning. Incluye semanas intensivas presenciales en régimen de convivencia, oración y trabajo compartido, junto con sesiones online a lo largo del curso. Esta metodología permite asimilar los contenidos académicos, vivir experiencias comunitarias y fortalecer la identidad del educador salesiano.
Durante la semana presencial de octubre, los participantes asistieron a sesiones sobre antropología cristiana, ética afectivo-sexual, protección de menores, cultura digital, diversidad funcional y acompañamiento psicológico. Estas sesiones fueron impartidas por expertos del ámbito universitario y pastoral.
Gracias a esta experiencia, los educadores no solo reciben información, sino que se forman para ser agentes de transformación en sus comunidades. Como señala uno de los participantes: “Este plan nos ayuda a mirar a los jóvenes con esperanza y acompañarlos en su búsqueda de sentido”.
Una misión compartida
El plan formativo en educación afectivo-sexual salesianos reafirma el compromiso de la Pastoral Juvenil con una educación integral. Por ello, impulsa la formación del corazón y la mente de los educadores, para que puedan acompañar la vida de los jóvenes con cercanía, verdad y coherencia.
Este proyecto no termina en las aulas. Su objetivo es llegar a cada centro, cada grupo juvenil y cada familia, creando ambientes seguros donde los jóvenes se sientan escuchados, acompañados y llamados a vivir el amor con madurez y responsabilidad.











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