Los bombardeos rusos indiscriminados sobre la población civil y la imposibilidad de establecer corredores humanitarios para evacuar a las mujeres ucranianas, a sus hijos y a las personas mayores hacen cada día más difícil la supervivencia. Los misioneros salesianos siguen ayudando a la población en las nueve ciudades en las que trabajan en Ucrania y también a los refugiados en los países limítrofes. Las necesidades no dejan de aumentar y desde Misiones Salesianas se ha recaudado ya más de 55.000 euros para esta emergencia.
La tragedia se ha vuelto rutina en muchas ciudades de Ucrania: por el día en el búnker, atentos a las sirenas antiaéreas, en muchos casos sin luz, sin calefacción y escaseando la comida en medio del ruido de las bombas. Más de dos millones de personas han cruzado ya las fronteras de Ucrania prácticamente con lo puesto. Son niños, niñas, mujeres y personas mayores que nunca pensaron hace dos semanas cómo iban a cambiar sus vidas.
Los bombardeos indiscriminados afectan por igual a aeropuertos, hospitales, escuelas y edificios. A la vez que aumenta el número de heridos y muertos también lo hacen las necesidades del país. Los misioneros salesianos hablan de que, en la actualidad, “las necesidades para poder atender a la población más cercana a nuestras obras en Ucrania y las que acogemos y ayudamos en otros países limítrofes asciende a 300.000 euros”.
Desde varias ciudades de Ucrania cuentan que “el Ejército ruso ha bloqueado las carreteras para que no llegue la ayuda material, así que la ayuda económica directa es lo que nos permite adquirir los productos de emergencia que necesita la población para repartirlos inmediatamente”.
“Nuestras casas, oratorios y escuelas salesianas en Ucrania han abierto sus puertas a los desplazados”, comenta el padre Anatoly, misionero salesiano. “Aquí en Leópolis, donde han llegado miles de mujeres y niños, ayudamos con la alimentación. Los centros de pastoral juvenil se han convertido en centros de primeros auxilios para la población afectada, y los jóvenes y los salesianos estamos haciendo todo lo posible para apoyar a las regiones más afectadas. Todos los días enviamos alimentos y suministros médicos a la población que se encuentra al borde de una catástrofe humanitaria”, asegura.
Varios envíos a países de acogida
Los misioneros salesianos tampoco han dejado sola a la población en la zona de conflicto. “Algunos de nuestros hermanos salesianos están directamente en las ciudades donde se producen los bombardeos y están ayudando a la población civil brindándole apoyo material y espiritual”.
Según datos de las Naciones Unidas, al menos seis escuelas han sido atacadas en los últimos días en el este y norte del país. Dos maestros murieron el viernes pasado cuando un misil impactó en una escuela en Horlivka, en el este de Ucrania; otra escuela en Yitomir, en el norte, fue alcanzada por un misil ruso y sufrió graves daños, y al menos tres escuelas en la segunda ciudad más grande de Ucrania, Járkov, también fueron atacadas por militares rusos.
Los alumnos de los centros salesianos se encuentran a salvo: “De los 198 alumnos de nuestra escuela en Yitomir, 85 ya han cruzado la frontera y están a salvo. Más de 100 feligreses también han dejado nuestra parroquia en Korostioshev para viajar a un lugar más seguro, y con nuestra ayuda 170 personas han sido evacuadas de Yitomir”, cuenta el padre Michal desde una de las zonas más castigadas en los últimos días.
Aunque la preocupación por la situación humanitaria del país aumenta cada día, también lo hace la esperanza por la ola de solidaridad con Ucrania. Los ambientes salesianos de todo el mundo continúan canalizando la ayuda de emergencia para hacerla llegar cuanto antes a la población que continúa en Ucrania y a los refugiados que empiezan una nueva vida en la Unión Europea.
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