Participaron del encuentro con el XI Sucesor de Don Bosco el cardenal Ángel Fernández Artime, pro-prefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica; el cardenal Cristóbal López Romero, SDB, arzobispo de Rabat, en Marruecos; el cardenal Virgilio do Carmo da Silva, arzobispo de Dili, en Timor Oriental; el cardenal Daniel Fernando Sturla Berhouet, arzobispo de Montevideo, en Uruguay; y el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado emérito.

Con pesar, no pudo estar presente, por compromisos ya asumidos, el otro cardenal salesiano que participó del Cónclave, el cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon, en Myanmar.

Oración y diálogo

El encuentro fraterno comenzó con un momento de oración en la “Capilla de la Carta”, realizada en la Sede Central con ocasión de los recientes trabajos de restauración. En esta circunstancia, el Rector Mayor agradeció al Señor por su contribución a la Iglesia, en las diversas sedes y responsabilidades que ellos ocupan; por su participación en las Congregaciones Generales y en el Cónclave, momentos de diálogo, parresía y escucha del Espíritu para toda la Iglesia; y por la elección del santo padre León XIV, nuevo guía para todos los fieles en camino.

Posteriormente, los cardenales se reunieron para un momento de diálogo e intercambio.

Antes del ágape comunitario con todos los salesianos que trabajan en la Sede Central Salesiana, el Rector Mayor, Don Fabio Attard, tomó nuevamente la palabra para saludar y homenajear con sencillez y verdadero afecto a los cinco invitados, destacando una vez más la importancia de su testimonio y de su labor. Orgullo para la Congregación de san Francisco de Sales y modelo inspirador para todos los que desean seguir a Jesús al estilo de Don Bosco.

Apoyo de toda la Congregación

Además, en su breve discurso, prometió también el apoyo personal y de toda la Congregación y de la Familia Salesiana al ministerio y al servicio que ellos continúan llevando adelante en favor de la Iglesia y para hacer crecer el Reino de Dios.
Y, en nombre de la comunidad, les entregó un pequeño obsequio, similar al que se entregó a todos los miembros del reciente Capítulo General 29º: una medalla de la “Virgen de Don Bosco”, María Auxiliadora, acompañada por otro recordatorio fraterno, el mensaje confiado por Don Bosco a sus misioneros: “¡Sean devotos de María Auxiliadora y verán lo que son los milagros!”.

Después de un almuerzo festivo, comunitario y fraterno, caracterizado por el habitual y familiar espíritu salesiano, los cardenales posaron con gusto para una foto con todos los Hijos de Don Bosco presentes.

Finalmente, antes de despedirlos, Attard expresó un último y sentido mensaje a los cardenales salesianos: “Cuando estén en Roma, ¡ésta es su casa!”.

El encuentro del Rector Mayor con los cardenales salesianos fue, en su conjunto, un gesto muy fraterno, salesiano y cordial, pensado para expresar el afecto de la Congregación hacia ellos y para acoger, acompañar, alentar y sostener su misión.