Enviados a todo el mundo en la 155ª Expedición Misionera

1 octubre 2024

ANS

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El domingo 29 de septiembre se celebró la Misa de Envío de la 155ª Expedición Misionera Salesiana, presidida por el Vicario del Rector Mayor, don Stefano Martoglio.

“Este momento de fe es un momento grandísimo: la oración de esta asamblea aquí reunida es una celebración de la acción de Dios y de agradecimiento por la acción del Espíritu en sus corazones, hermanos y hermanas, por su vocación, en los corazones de la Familia Salesiana y de la Iglesia”. Con estas palabras, el Vicario del Rector Mayor, don Stefano Martoglio, inició la homilía de la Misa de envío de la 155ª Expedición Misionera Salesiana.

En una Basílica de María Auxiliadora en Turín-Valdocco vestida de gala y colmada de fieles, con un nutrido grupo de concelebrantes y una animación litúrgica de alto nivel a cargo del coro de la basílica, don Martoglio presidió una celebración llena de emoción y consejos; sobre todo, de la conciencia del valor de este rito, en el que los tres institutos participantes –los Salesianos de Don Bosco (SDB), las Hijas de María Auxiliadora (HMA) y la Comunidad de la Misión de Don Bosco (CMB)– renovaron, ante la Auxiliadora, su compromiso misionero: los Salesianos por 155ª vez, las HMA por su 147ª Expedición Misionera, y los miembros de la CMB en su séptima ocasión.

“No os olvidéis de este día en vuestras vidas; llevadlo con vosotros, porque este signo de esperanza, de fe y de luz, es nuestra alegría”, señaló el Vicario del Rector Mayor en su homilía, ofrecida, siguiendo el ejemplo de Don Bosco, en forma de exhortación directa a los misioneros que partían.

El Padre Martoglio habló de “responsabilidad y generosidad”, en referencia a la vocación que los misioneros sintieron nacer en su interior, acogieron y cultivaron hasta este punto. Luego, subrayando los mensajes de la liturgia del día, observó la “precisión” de esas lecturas, que destacan cómo todos los cristianos están llamados a ser profetas y testigos de la presencia de Dios. “La Palabra de Dios de hoy nos recuerda que el centro de nuestro ser Hijos de Dios es llevar a los demás su presencia, como única esperanza del mundo”, explicó.

El Padre Martoglio también señaló que las condiciones para ser verdaderos discípulos y misioneros son la confianza en Dios y en su Providencia, y la transparencia de la propia acción. Por ello, exhortó a seguir siempre lo que acerca a Dios y a abandonar lo que aleja de él.

Finalmente, concluyó reiterando la importancia de vivir siempre en espíritu de comunión, con Dios y con los demás, dejando esta exhortación como legado para todos.

Al finalizar la breve homilía, tuvo lugar la emocionante entrega de las Cruces Misioneras a los que partían a la misión. El Padre Martoglio, en calidad de guía de la Congregación hasta la elección del próximo Rector Mayor, entregó las cruces a los veintisiete Salesianos de Don Bosco participantes en la expedición; la Madre Chiara Cazzuola, Superiora General de las HMA, entregó las cruces a sus hermanas misioneras; mientras que el diácono permanente Guido Pedroni, Custodio General de la CMB, las entregó a los misioneros laicos de la asociación que él fundó.

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