La Navidad permite descubrir el patrimonio cultural salesiano

19 diciembre 2019

Nuestro compromiso con el patrimonio salesiano nos hace pensar en una felicitación de Navidad mirando el altar mayor de la Parroquia de la Purificación de la localidad de Almendralejo, (Badajoz). ¿Por qué? Este relieve de la Navidad, es un elemento de la fiel reconstrucción moderna de un retablo original del siglo XVII, realizada en los Talleres Salesianos de Sarriá en 1942.

¡Ya está aquí! La Navidad comienza a inundar todo lo que nos rodea: las calles, nuestras casas, la decoración…También, surgen las conocidas imágenes y frases para felicitar la Navidad y sus fiestas que son parte de esa serie de rituales cuyo fin es unir más a las personas.

Nuestra felicitación para esta Navidad es una imagen de la Adoración de los Pastores, un detalle del altar mayor de la Parroquia de la Purificación de la localidad de Almendralejo, provincia de Badajoz.

La utilización de esta imagen de felicitación nos sirve para dar a conocer el rico patrimonio cultural en clave salesiana. Este relieve de la Navidad, es un elemento de la fiel reconstrucción moderna del un retablo original del siglo XVII, realizada en los Talleres Salesianos de Sarriá en el año 1942.

Sinceramente, contemplando este retablo, estimo que la antigua especialidad profesional de talla en la Escuela Salesiana de Sarriá no ha sido suficientemente valorada. En los años 40-60 del pasado siglo en Sarriá se realizaron muchos bienes muebles eclesiásticos que a día de hoy se encuentran emplazados en las diferentes iglesias, capillas, conventos, monasterios… de nuestra geografía y hasta en América. Su labor como escultores imagineros durante la posguerra fue ímproba por todo el país, debido al aumento de la demanda a consecuencia de los destrozos ocasionados por la guerra que trajo la necesidad de reponer este patrimonio religioso perdido. La Escuela de Sarriá creció y se expandió en uno de los fenómenos artísticos más interesantes, sugestivos y poco conocido de la segunda mitad del siglo XX.

La destrucción del patrimonio artístico eclesiástico durante la Guerra Civil fue particularmente intensa en la provincia de Badajoz, donde se observa actualmente un significativo vacío retablístico con pérdidas de ejemplares tan notables como el excelente retablo mayor de la parroquia de Nuestra Señora de la Purificación en la localidad de Almendralejo.

La Parroquia de Almendralejo es un templo del siglo XVI, sobre otro anterior del siglo XV, con nave única y altas bóvedas de crucería, de las que sólo se conserva las del presbiterio, ya que las de las naves se hundieron en el siglo XVII y fueron sustituidas por la actual bóveda de cañón con lunetos (intersección de bóvedas a distinta altura) . Toda la iglesia fue seriamente dañada en el año 1936, al sufrir un gran incendio e intensos bombardeos que destruyeron la mayor parte de la torre al intentar eliminar la resistencia de algunos milicianos.

La reconstrucción de la parroquia se lleva a cabo en los años siguientes. Gracias a la intervención municipal, importantes donaciones de particulares y una amplia suscripción popular es restaurada su arquitectura que favorece igualmente la ornamentación del templo. Su interior fue decorado con unas impresionantes pinturas murales al fresco (es la superficie de pintura mural más grande de España) que fueron ejecutadas en 1948 por los pintores italianos Octavio Bernardi y Giovanni Gritti, que recibieron el título de hijos adoptivos de la localidad por sus méritos en la realización de las mismas.

Hoy en día, en la cabecera del templo, merece especial atención el Retablo Mayor, el cual es una réplica bastante fiel al original, realizada por los Talleres Salesianos de Sarriá en 1942; porque el retablo original junto con otros retablos, imaginería y el órgano fueron destruido en el incendio durante la Guerra Civil.

El retablo original desaparecido fue realizado en el primer cuarto del siglo XVII por Salvador Muñoz de Mérida y Francisco Morato de Zafra, los cuales harían la obra de arquitectura en madera de pino y la de escultura en nogal y peral con una altura de 18 metros. Su decoración, dorado y estofado, fue realizado por el sevillano Lázaro de Pantoja. El retablo, dispuesto en tres planos, se adaptaba al testero de la capilla mayor. Era un espléndido ejemplar de estilo clásico, en cuya estética seguían aún los maestros locales, aunque se empiezan a introducir las primeras formas barrocas.

La planta del retablo era alabeada, constaba de dos cuerpos -articulados mediante columnas corintias estriadas, formando tres calles y cuatro entrecalles-, ático y remate. Cada cuerpo tenía 8 columnas de fuste acanalado; el ático, solo cuatro. Sobre el ático descansaba el remate o pequeño ático con el busto en relieve del Padre Eterno, coronado con el típico frontón. Las hornacinas o nichos de las entrecalles de los dos primeros cuerpos de retablo daban cobijo a las imágenes del apostolado completo. Las tres calles albergaban cinco grandes tableros tallados en relieve, representando otras escenas de la vida de Cristo: Nacimiento, adoración de los Magos, Presentación en el templo, Resurrección y Pentecostés. En dos pequeños recuadros, también en relieve, aparecen los bustos de los evangelistas San Juan y San Mateo. En el centro del ático, aparecía Cristo crucificado, flanqueado a derecha e izquierda, por la Virgen María y San Juan. A los lados del ático y sobre el entablamento o molduras, las imágenes de los evangelistas San Marcos y San Lucas recostados; y los diáconos San Lorenzo y San Esteban en pie. El retablo era escultórico, de casillero, iconográficamente cristífero; con algunas novedades arquitectónicas poco usuales, tales como el sotabanco, las hornacinas o nichos superpuestos y el doble ático.

Este gran retablo descrito presidió el templo durante más de 300 años. Al desaparecer en el incendio de 1936, la parroquia presenta un aspecto desolador por eso el párroco Don José Cano Gil y la Junta Reconstrucción del Templo Parroquial promueve sustituir cuanto antes el retablo desaparecido.

La Junta de Reconstrucción encarga a los escultores locales, Julio de los Dolores Zambrano y a Juan de Ávalos, el proyecto y su correspondiente presupuesto para el nuevo retablo. Pero, hasta Almendralejo llegaban noticias de las muchas y buenas obras que salen de las Escuelas Profesionales Salesianas en la localidad de Sarriá en Barcelona. Verdadera fuente polifacética de arte sacro, cuyo animador es el coadjutor salesiano Don Gaspar Mestre desde 1919, año en que sucede como director al prestigioso artista salesiano Don José Recasens. Esta Escuela-taller tiene una justa fama desde el diseño y la realización del salón del trono en el Palacio Real de Pedralbes en Barcelona, por encargo directo de la Casa Real en 1920.

A las Escuelas Profesionales Salesianas de Sarriá también se le solicitó el preceptivo proyecto y presupuesto, quién definitivamente realiza este encargo con un presupuesto de 380.000 pesetas. Para hacer frente a este pago se emplearon las cuestaciones domiciliarias, representaciones teatrales, sesiones de cine, rifas caseras, algún festival taurino, subvenciones a fondo perdido de entidades bancarias….y los donativos anónimos. Pero la ayuda más importante fue la imposición por el Ayuntamiento de un “impuesto de contribución” voluntario de 10 céntimos por cada arroba de uva recogida.

La Junta quería comparar los proyectos y, sobre todo, los presupuestos de los artistas locales, con los de un tercero, foráneo. El presupuesto de Sarriá era más «viable» para la Junta de Reconstrucción; el nombre y el buen hacer de las escuelas de Sarria y la confianza que daba el saber que contaban con medios materiales, técnicos y humanos, satisfactoriamente comprobados, inclinaron la balanza hacia el proyecto de Don Gaspar Mestre Beltrán.

La secretaria de las Escuelas Salesianas de Sarriá comunica que el operario encargado del montaje de las diversas piezas del retablo será Juan Lanzo, que permanece en Almendralejo casi todo el mes de noviembre de 1944. Dicen testigos presenciales que a la estación de ferrocarril estuvieron llegando, poco a poco, pesados bultos facturados desde Barcelona y recogidos aquí por el Sr. Lanzó para ser desembalados en la parroquia. El primer cuerpo del retablo estaba ya completamente colocado el 19 de noviembre de 1944.

Salvo pequeñas diferencias, la descripción del actual retablo es idéntica a la del antiguo retablo. Estas leves diferencias que se observan son:

1.- la planta del actual retablo no es alabeada. El desaparecido retablo presentaba en su arqueada horizontalidad, brazos abiertos para cobijar la mesa del altar. El actual ofrece también sus brazos, pero fríamente abiertos y alejados en sus extremos cómo desentendiendose del altar.

2.- las ocho columnas del primer cuerpo difieren levemente de las originales del retablo desaparecido, pues no están totalmente estriadas en su fustes.

3.- el pequeño banco sobre el que descansa el ático y las cuatros imágenes laterales del coronamiento, no es igual. En el retablo desaparecido estaba partido en el centro para dar mayor altura al nicho del Calvario. En cambio, el actual retablo es corrido totalmente, dando así más monotonía al retablo y restándole a la hornacina del Calvario cabida para las imágenes del crucificado de la Virgen María y de San Juan.

Pero los retablos, el original y su reconstrucción o replica, tienen muchos elementos en común. Los entablamentos o molduras que coronan cada cuerpo del retablo, están ricamente decorados con motivos vegetales y animales, denominados grutescos. Esta decoración es un fino relieve de los frisos con las respectivas molduras que se coronan con elegantes cornisas. Carece de banco pues se asienta directamente sobre el sotabanco de mármol que fue ampliado posteriormente. Las imágenes del actual retablo son buenas tallas en madera perfectamente decoradas: estucadas, doradas y estofadas. Su iconografía representa una síntesis teológica perfecta de la Historia de la Salvación en el Nuevo Testamento.

El retablo de la parroquia de la Purificación de Almendralejo es una excelente réplica bastante fiel al retablo anterior del siglo XVII realizado por Francisco Morato y Salvador Muñoz, artista locales de esa época. Como ya sabemos fue realizado por los Talleres Salesianos de Sarriá en 1942. El conjunto impacta por su proporción, armonía y monumentalidad. Retablo digno de una catedral de amplio desarrollo estructural e iconográfico,, de número considerable de historias sagradas. También por sus dimensiones de 18 metros de altura por 11 metros de anchura, que reúnen casi doscientos metros cuadrados de retablo.

Por último, el lugar de honor del retablo está ocupado por Santa María de Cora bajo un templete de mármol que es un antiguo expositor eucarístico. Esta imagen datada en 1530, patrona titular de la parroquia, fue entronizada solemnemente el 25 de octubre de 1987.

Espero que con esta breve publicación pueda salir a la luz una parte de la dimensión e importancia que llegaron a tener la presencia salesiana de Sarriá en la realización del arte sacro durante la posguerra española. También rescatar del olvido una de sus figuras más representativas: Don Gaspar Mestre Beltrán.

Actualmente en la cabecera de la parroquia de Almendralejo se contempla esta reconstrucción de su altar mayor bastante aproximada al original, al que no podrá nunca reemplazar. De él dijo el Marqués de Lozoya “que era lo más grandioso y notable que se ha hecho en España después de la guerra”.

Feliz Navidad, y que la alegría de las fiestas se repitan todos los días del nuevo año que está por venir.

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