Esta imagen pertenece a una fotografía aérea de la parroquia salesiana María Auxiliadora de Fuenlabrada (Madrid), en una foto de archivo de 1984. Una imagen que hoy nos invita a reflexionar sobre el poder de los comienzos y la importancia de cuidar nuestro legado salesiano. La fotografía muestra el antiguo templo circular de techo rojizo, rodeado de calles sin asfaltar y bloques de viviendas que apenas despuntaban en un paisaje de esperanza y promesa. Una curiosidad de esta imagen es que aparece el tentadero taurino ‘La Cordera’ de la rejoneadora Lolita Muñoz, en la parte superior derecha.
Al contemplar esta imagen histórica, no podemos evitar sentir una profunda conexión con nuestras raíces y viajar en el tiempo. Corre el año 1978, y Fuenlabrada apenas era un boceto de la ciudad que conocemos hoy. En aquel entonces, el barrio de El Naranjo, un «pueblo satélite» integrado por gentes emigradas de otras provincias españolas, contaba con unos 10.000 habitantes, como una pequeña localidad a 2 km de Fuenlabrada. En medio de este barrio que aún crecía, con calles sin asfaltar y muchas ilusiones por construir, llegaron los salesianos oficialmente el 31 de enero de 1978. Desde su llegada, surgió una gran devoción hacia María Auxiliadora por parte de los vecinos. Tal fue la acogida que el 24 de mayo de 1979 se celebró la primera fiesta mariana en El Naranjo, convirtiéndose en la patrona del barrio. De hecho, la parroquia fue creada con su nombre el 15 de septiembre de 1979
La obra salesiana de Fuenlabrada fue inaugurada como una «nueva presencia» en el sur de la Comunidad de Madrid, representando la apuesta de apertura de la antigua Inspectoría San Juan Bosco (Madrid) en una de las zonas con mayor proyección de futuro en aquel momento. Nació como la primera obra no colegial de la Inspectoría de Madrid, marcando un hito en la expansión de la labor salesiana. Tras la visita extraordinaria de D. Sergio Cuevas a la Inspectoría en 1982, se decidió apostar firmemente por esta obra, lo que llevó a la construcción de los locales actuales, incluyendo un templo parroquial y, en los sótanos, espacios comunes, salas y talleres del Centro Juvenil Naranjoven.
En sus inicios, la parroquia estaba en los bajos de un edificio. Fue en 1982 cuando se decidió construir la nueva parroquia y salones en la ubicación actual, iniciando las obras el 22 de mayo de 1983. Este templo, diseñado por el arquitecto D. Rafael de la Vega, fue proyectado con una forma semicircular, adaptándose al terreno, y su interior se realizó en varios niveles escalonados, como un anfiteatro. A pesar de los desafíos en la construcción —desde el replanteo del edificio en un terreno con forma de pera, problemas con la estructura metálica por impagos, hasta fallos en la cubierta cónica y un vertiginoso acondicionamiento horas antes de la inauguración— Finalmente, el templo fue inaugurado solemnemente el 2 de junio de 1984 por Monseñor Ángel Suquía, arzobispo de Madrid, con una afluencia masiva de fieles.
En 1989, se firmó un convenio entre la comunidad salesiana y el Ayuntamiento de Fuenlabrada para poner en marcha talleres prelaborales en tres áreas: Electricidad, Encuadernación y Corte y Confección. Estos talleres, ubicados en el Centro Juvenil Naranjoven, no solo proporcionaron formación técnica, sino que también sirvieron como un medio para integrar a las familias del barrio en la vida parroquial. En el verano del año 2000, la obra experimentó un cambio cualitativo con el inicio de los programas de Garantía Social por las mañanas, requiriendo adaptaciones en los locales de los sótanos de la parroquia, donde se compartían espacios entre diferentes programa sociales.
En 2010, comenzó una nueva etapa con los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI), en concierto con el colegio Loyola de Aranjuez; implicando una serie de obras para adecuar los espacios a las normativas educativas. En 2014, los PCPIs fueron reemplazados por la Formación Profesional Básica, un programa de dos años de duración que atendía a un número elevado de estudiantes. La obra salesiana de Fuenlabrada ha crecido desde ser una iniciativa de barrio hasta convertirse en un centro de referencia en la ciudad, atrayendo a estudiantes de diversas localidades.
Esta obra salesiana es una obra de «periferia», que ha ido adaptando su fisonomía para atender a los adolescentes y jóvenes más necesitados. Esta opción por los «últimos» ha hecho que sea muy actual, flexible y dinámica, respondiendo a la mentalidad de la Iglesia y de la Congregación. Con el paso de los años, Salesianos Fuenlabrada creció con su entorno: se levantaron nuevas aulas, se ampliaron patios, se consolidaron espacios donde formar no solo en lo académico, sino también en valores. Lo que comenzó como un sueño plantado en tierra por labrar, hoy es una institución que sigue latiendo, tan viva como entonces. Un recordatorio de que toda gran obra tiene una semilla pequeña que sigue dando sombra y abrigo a futuras generaciones.
DATOS IMAGEN:
Original fotográfico en soporte de papel
Digitalización Fondo fotográfico Comunidad Salesiana El Naranjo – Fuenlabrada .
ARCHIVO COMUNIDAD SALESIANOS – FUENLABRADA.
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