Tuvo lugar el pasado 29 de septiembre en Cantalpino (Salamanca), localidad natal de beata, Hija de María Auxiliadora, Sor Eusebia Palomino.
Fue un día grande para Caltalpino que comenzaba con una solemne eucaristía en la parroquia de San Pedro de Cantalpino, realmente abarrotada de peregrinos, comenzó esta “primera” peregrinación a los orígenes de la beata sor Eusebia Palomino.
Presidida por Eugenio Alburquerque que quería agradecer a los presentes y, especialmente a la beata, el hecho de poder estar ahí, cuando hace cinco años y, tras dos graves operaciones, los médicos le daban pocas esperanzas de vida.
Concelebraban, Samuel Segura, Vicario de Salesianos Santiago el Mayor y José Antonio Hernández, delegado para la Familia Salesiana junto con los directores salesianos de las dos comunidades de Salamanca.
Cientos y cientos de peregrinos fueron llegando de muchos sitios y de muchos grupos de la Familia Salesiana, desde Lugo hasta Fuenlabrada, destacando el numerosísimo grupo de Salamanca.
Tras la eucaristía, llena de gestos y signos hacia el pueblo y los peregrinos, los participantes se dirigieron “en orden” hasta la placita de la Beata Eusebia Palomino, dando vida a la que era la primera, de muchas, peregrinaciones que habrá a partir de ahora. La prensa local en Cantalpino recopilaba los momentos de esta pregrinación.
Allí, tras el pregón y la bendición oficial de los nuevos locales, se realizó una visita al nuevo Centro de Espiritualidad. “Éramos tantos que se tardó mucho tiempo para que todos pudiésemos ver lo que ya conocíamos y saborear lo nuevo, especialmente la capilla y los múltiples recuerdos que llenan las paredes recordando a la más famosa hija del pueblo”, afirma Josean Hernández, delegado de Familia Salesiana.
Isabel Pérez, Vicaria de las FMA, dio las gracias a toda la gente que ha colaborado para que este Centro sea una realidad. Aunque todavía quedan muchos detalles y se sigue necesitando de las aportaciones de todos. Entre los muchos nombres, recordó los de sor Feli Ruano y sor Nati Postigo, “como corazones visibles de este regalo a la vida y la historia de la Familia Salesiana en España y en el mundo”, concluía.
Tras un sencillo “vino español” finalizaba la inauguración. Aunque un enorme grupo de gente, con las personas más representativas que lo desearon, compartieron juntos una comida fraterna.
“Que la beata Eusebia Palomino, como decimos muchos al ponernos al volante, ´nos acompañe en el camino”, decía el propio delegado de Familia Salesiana al dejar Cantalpino.
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