Nueva entrega para el tema central del Boletín Salesiano de junio del Delegado Nacional de Pastoral Juvenil, Koldo Gutiérrez, sobre los «jóvenes y el discernimiento» en el año en que se celebrará el Sínodo dedicado a los jóvenes en octubre.
La palabra discernimiento es una de las palabras más repetidas en el magisterio del papa Francisco. Los agentes de pastoral nunca hemos hablado tanto sobre el discernimiento como lo estamos haciendo en este momento de la historia. Para muchos, el discernimiento es una de las herencias que Francisco dejará a la pastoral de la Iglesia, de hecho, ya empieza a verse sus frutos. Un ejemplo más sobre lo que estoy afirmando lo vemos en el próximo Sínodo de los Obispos, el cuál tiene en el discernimiento uno de sus pilares fundamentales. Los otros tres pilares sobre los que se sostiene el próximo Sínodo son la fe, la vocación y el acompañamiento. Por todo ello, me gustaría ofrecer una breve reflexión sobre jóvenes y discernimiento.
Oportunidad
Antes de comenzar a hablar sobre discernimiento me pregunto si este es importante para la edad juvenil. Afirmo de entrada que sí porque creo que “vivir es elegir”. Me gustaría hacer ver la oportunidad del discernimiento. Todos podemos constatar que hoy las nuevas generaciones tienen un campo muy abierto de posibilidades, pero, al mismo tiempo, hay que reconocer que les es difícil elegir con seguridad, fidelidad y previsión. Además, si nos fijamos no solo en los jóvenes sino también en los adultos, tenemos que reconocer que todos estamos continuamente tomando decisiones, y, a los creyentes nos gustaría que estas decisiones estuvieran iluminadas por Jesús y su Evangelio.
El discernimiento cristiano
En estas páginas quiero hablar del discernimiento cristiano. Normalmente cuando utilizamos la palabra discernimiento estamos refiriéndonos a acciones tales como distinguir o elegir. Con el verbo distinguir destacamos los aspectos cognitivos del discernimiento y con elegir destacamos los aspectos volitivos. En nosotros hay aspectos cognitivos, volitivos, pero también espirituales. ¿Qué aporta el discernimiento cristiano? El discernimiento cristiano pone en valor la fe. Para nosotros, Dios está presente en la vida. Y, en este sentido, el discernimiento cristiano tiene en Dios su fundamento y su meta. El discernimiento cristiano busca escuchar, conectar, aceptar la voluntad de Dios.
Una larga tradición de discernimiento
Somos herederos de una gran tradición de discernimiento. Podemos leer la Escritura desde la clave del discernimiento y también ver la importancia del discernimiento en la historia de la Iglesia. Para acercarse al discernimiento cristiano es necesario dejarse iluminar por los textos de la Escritura y reconocer el ejemplo de los testigos del discernimiento que hay en la historia de la Iglesia.
Pensemos en los Hechos de los Apóstoles donde se relata el camino que tienen que recorrer los primeros cristianos y las primeras comunidades para ser fieles a Jesús acompañados por la guía del Espíritu Santo. Vemos la presencia del Espíritu en la elección de Matías como sustituto de Judas (Hch 1, 12-26) y en la elección de los siete diáconos con la misión de atender a la comunidad helenista (Hch 6, 1-5). Pero también es el Espíritu Santo quien impide a Pablo que evangelice Bitinia (Hch 16, 6) y quien le impulsa a cruzar el mar para predicar en Europa (Hch 16, 9).
Criterios para el discernimiento
Para finalizar me gustaría ofrecer algunos criterios para el discernimiento. Me sirvo del último capítulo de la exhortación Gaudete et Exsultate (GE), sobre la santidad en el mundo actual, donde el papa Francisco presenta la vida cristiana como combate, vigilancia y discernimiento.
La vida cristiana también es discernimiento. El discernimiento se presenta como una necesidad imperiosa. “Hoy día, el hábito del discernimiento se ha vuelto particularmente necesario. Porque la vida actual ofrece enormes posibilidades de acción y de distracción, y el mundo las presenta como si fueran todas válidas y buenas. Todos, pero especialmente los jóvenes, están expuestos a un zapping constante. Es posible navegar en dos o tres pantallas simultáneamente e interactuar al mismo tiempo en diferentes escenarios virtuales. Sin la sabiduría del discernimiento podemos convertirnos fácilmente en marionetas a merced de las tendencias del momento” (GE 167).
En la exhortación GE, el santo Padre ofrece algunos criterios para el discernimiento: hay que discernir siempre a la luz del Señor (GE 169); el discernimiento es un don sobrenatural que tiene en cuenta las realidades humanas (GE 170); en el discernimiento es importante la oración (GE 172); en el discernimiento se sigue la lógica del don y de la cruz (GE 174).
Koldo Gutiérrez, sdb
Delegado Nacional de Pastoral Juvenil
TESTIMONIO JUVENIL
Discernir… ¿para qué?
En los últimos años no paramos de escuchar la palabra discernir. Para los jóvenes que estamos implicados en el servicio a los demás, envueltos en un proceso de crecimiento personal, está a la orden del día. Y junto a ella, también aparecen muchos interrogantes, ¿todos los jóvenes disciernen?, ¿yo seré capaz?, ¿para qué he de hacerlo?, y sobretodo… ¿Cómo se hace?
Nos pasamos toda nuestra vida “entrenándonos” para discernir, tomamos decisiones. Vamos creciendo y decidimos si queremos hacer una extraescolar u otra, si queremos ir al grupo de fe, si queremos ir de campamentos, ciclo formativo o bachillerato, el grupo de amigos, la pareja, a qué quiero dedicarme profesionalmente el resto de mi vida, etc.
En algún momento aparece la eterna pregunta que lo engloba todo, “¿qué quiero hacer con mi vida?, quiero ser un mero espectador o ser el protagonista de mi historia”. Empiezas a darle vueltas, y millones de interrogantes más se te aparecen: ¿lo que he hecho hasta ahora es lo que tenía que hacer?, ¿el resto de mi vida a qué me quiero dedicar?, ¿cómo lo quiero pasar?, ¿con quién? Y vas preguntándote, no siempre encontrando respuestas, no siempre haciendo lo más acertado…
Tienes la suerte de haber experimentado momentos en Pascuas, campamentos, grupos de fe, centro juvenil, acompañamiento personal, que no te han dejado indiferente, que te han ido removiendo en tu interior.
Entonces, se añade un factor extra: ¿Dios qué pinta en todo esto? Te haces consciente que en los momentos de más sentido y felicidad de tu vida, Él te ha llevado, Él ha estado presente.
Y llega ese instante de tu vida como joven que toca optar por un compromiso de vida vocacional, profesional, espiritual, y sientes la necesidad de discernir sobre aquello que te hará más feliz a ti y a los que te rodean. Sientes la necesidad de tomar una opción de vida a la luz de Dios, porque hay algo dentro de ti que te invita a ello. Empieza el proceso, te pones en Sus manos, da miedo, porque no sabes hacia dónde te llevará, no sabes si era lo que habías planeado. Pero te das cuenta que después de este discernimiento, encaras una vida más feliz y plena, aunque no todo va a ser agradable -toda rosa tiene sus espinas-, pero eres consciente que vives realmente Tu vida, y esto te aporta paz y alegría.
Julito Pedraza Maraver
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