La Asamblea de la CONFER comenzaba el martes 27 de mayo. La Ceremonia de Apertura la presidía el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, el obispo auxiliar de Getafe, miembro de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada y obispo responsable de la CONFER, José María Avendaño, Jesús Miguel Zamora, FSC – secretario General de la CONFER, Jesús Díaz Sariego, OP, presidente de la CONFER y Lourdes Perramon, OSR, vicepresidenta de la CONFER.
En el discurso de apertura el presidente y vicepresidenta de la entidad hablaron de “Hacernos preguntas y buscar respuestas”.
Por parte de salesianos y salesianas participaron en esta Asamblea los tres provinciales: Sor Rosario Ten de las Hijas de María Auxiliadora, Fernando Miranda de Salesianos SMX y Fernando García de Salesianos SSM, además de la participación del salesiano Sergio Codera, que se sumó con la charla sobre el uso pastoral de la Inteligencia Artificial bajo el título ‘En la frontera digital. La esperanza habita en el algoritmo’.
El propio Fernando García ofrece su reflexión sobre la asamblea y el momento compartido:
Más de doscientos religiosos y religiosas de España nos hemos reunido del 27 al 29 de mayo para reflexionar juntos sobre cómo rastreamos la esperanza en nuestras comunidades y obras.
Hemos escuchado ponencias inspiradoras y sobre todo hemos compartido sentado alrededor de la misma mesa, sobre cómo estamos viviendo y sobre cómo ser un puente entre la preciosa herencia recibida y lo nuevo que está por venir.
La esperanza supone una búsqueda porque crece en la oscuridad. Podemos vernos a nosotros y también ver a los demás, con muchos vacíos que necesitan ser rellenados por Dios. Nos toca generar las condiciones para que crezca la esperanza a nuestro alrededor con el perdón, el agradecimiento, la amabilidad, la flexibilidad de mente y de corazón…
La vida religiosa con esas estructuras que a veces se convierten en una losa sobre los hombros cansados que las llevan y sobre todo con esas personas vocacionadas que renuevan el saberse en manos de Dios, está llamada a ser una «partera» de la esperanza en las fronteras existenciales donde se sitúa. «Esperanza, ¿por dónde andas?».
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