Hay teorías que nos dicen que escribir a mano es muy beneficioso para desarrollar una multitud de cualidades. Como ejemplo un botón. Recomiendo leer este artículo: Diez beneficios de escribir a mano.
Me voy a mi experiencia personal. Esa forma de enseñar que tenemos las madres, esa forma de contar la vida y compartir como nos han enseñado nuestras madres. Tal y como Mamá Margarita le enseño a Don Bosco, como lo hizo con sus muchachos. Ella desde su realidad, cada una de nosotras desde la nuestra.
Entreno a un grupo de chicos y chicas en la disciplina deportiva de Tiro con Arco. Es un deporte de precisión, concentración, de repetición y paciencia. En el que es importante conocerse y sentirse (no diferente a otros deportes, cada uno con sus características). En este curso escolar les hemos propuesta una actividad nueva: Tienen que venir al entrenamiento con libreta. ¿Por qué en esa libreta? Les va a servir para ser conscientes de su evolución deportiva.
¡Qué complicado conseguir que traigan una libreta! Pocos traen una libreta con la que se sienten cómodos e incluso identificados ¿Qué historias más raras se inventa esta “abuela”?
Escuchar a través de lo no escrito
Algunas preguntas que nos hacen: «¿lo puede escribir en el móvil? ¿hago una foto y luego ya sé lo que es?». Todo con tal de no escribir más de dos palabras. Proponemos que escriban su rutina, sus sensaciones, que chequeen si hacen la técnica y lo valoren en positivo o negativo. No veremos más de dos, tres, cuatro palabras seguidas a lo sumo. Son generaciones que no tienen referencia a un papel, a un bolígrafo, a una reflexión escrita…¿Quizá estamos intentando que piensen diferente de lo que piensan? ¿qué procesen sus sentimientos y pensamientos en soportes para ellos desconocidos? ¿Es bueno que conozcan esta forma de pensar, de entender? O ¿quizá somos nosotros “los analógicos” quienes nos tenemos que reciclar?
Ahí estoy, entre pedirles que traigan libreta, y “escucharles” fuera de ella a través de lo que NO han escrito. Seguimos….
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