La selección española se ha alzado con el oro en el Mundial de Baloncesto disputado en China. El secreto de su éxito guarda mucha relación con los valores del carisma salesiano.

Familia
El sentido de pertenencia y los lazos de amistad han construido las bases de la selección española de baloncesto. Además de conocerse en la cancha, los jugadores comparten alegrías y tristezas fuera del terreno de juego. Por todo ello, no es de extrañar que el combinado nacional sea conocido como ‘La Familia’.

Para Don Bosco, el espíritu de familia marcaba el ambiente en su oratorio. Pero no se excluían las relaciones con la familia de origen, sino que se fortalecían. Del mismo modo, los jugadores de la selección han sabido reconocer en sus familiares más cercanos la herencia que los ha forjado como personas. Basta observar el recuerdo de Ricky Rubio a su madre, fallecida hace tres años, o los de Rudy Fernández a su abuelo, que murió este verano, y a su hermana por el bebé que perdió en el octavo mes del embarazo.

Trabajo
Tras la disputada victoria en las semifinales frente a Australia, Ricky Rubio recordó el trabajo que había detrás del éxito conseguido en ese momento. El base titular de la selección sabe muy bien de lo que habla, puesto que es un gran exponente de la mejora en algunas facetas del juego gracias a un constante entrenamiento. Su pensamiento sobre la relación entre el trabajo y el talento se puede ver en su testimonio para ‘Aprendemos juntos’, de BBVA y El País.

«Ahora hemos de trabajar, ya descansaremos en el Paraíso», solía decir Don Bosco. Por supuesto, una victoria en una competición deportiva no es el Paraíso, pero los jugadores y el equipo técnico se han ganado un merecido descanso después de trabajar duro.

Esfuerzo
En una sociedad en la que todo se mide por los resultados, es difícil poner en valor el camino recorrido con independencia de que se alcance o no la meta. Ricky Rubio ayuda con su testimonio a cambiar de actitud: «Muchas veces nos pensamos que un problema que tenemos o una situación, un tiro libre en el último segundo, es a vida o muerte. Le pones mucha más presión. (…) Tranquilo. Si tú has practicado ese tiro libre, si tú has puesto las horas que tú crees, si tú crees que lo has hecho todo perfecto y no ha entrado, olvídate del resultado«. También Don Bosco hacía ver a sus muchachos que Dios no recompensa los resultados, sino el esfuerzo.

Confianza
Los primeros compases de España en el Mundial sembraron dudas en parte de la afición. Sin embargo, el resultado final ha motivado la misma lectura del torneo: «La selección ha ido de menos a más». El equipo siempre ha creído en sus posibilidades y ha devuelto la fe a los escépticos. Y uno de los artífices de esta actitud es el seleccionador, Sergio Scariolo, que ha sabido sacar lo mejor de cada uno de sus pupilos. El técnico italiano ha cumplido con aquello que pedía el fundador de los Salesianos a los educadores: «Los jóvenes no solo tienen que ser amados, sino que han de sentirse amados». Y, por eso, Marc Gasol pidió a la afición, durante la celebración del título, que apoyara a la selección también en las derrotas.

Valentía
La selección ha pasado por momentos difíciles durante el torneo, momentos en los que el talento afloró para marcar las diferencias. En el partido ante Australia de las semifinales, el equipo actuó con sangre fría y cada jugador dio lo mejor de sí a la hora de la verdad: Marc con su autoridad, Llull con su precisión desde la línea de tres, Claver con su defensa, Ricky con su dirección del juego… Y esto requiere valentía. Por eso, Don Bosco exhortaba a sus muchachos a dar un paso al frente siempre: «Nunca hay que decir ‘no me toca’ sino ‘yo voy'».

Obediencia
Don Bosco veía en la desobediencia «la raíz de todos los males». Los jugadores de la selección, por el contrario, han correspondido a su entrenador interpretando sobre la cancha el papel que les tocaba en cada momento.

Humildad
España disputó el Mundial con la ausencia de algunas de sus estrellas, como Pau Gasol, Ibaka, Mirotic o Sergio Rodríguez. Sin embargo, en el combinado nacional había campeones de la Euroliga, jugadores con experiencia en la NBA e, incluso, uno de los flamantes campeones de la mejor liga del mundo, Marc Gasol, pívot de los Toronto Raptors. Pero esta selección no entiende de egos, y el trabajo colectivo ha brillado por encima de las individualidades. Por algo, Don Bosco recomendaba: «Por la paz en casa, hazte humilde y tolerante».

Superación
Ricky cuenta en su testimonio cómo afrontó el fracaso en sus primeras temporadas en la NBA, tras haber cosechado varios triunfos con sus antiguos equipos y con la selección: «Antes no sabía lo que era el fracaso, pero me ha enseñado, aprendí de él». Su actitud comulga con la máxima de Don Bosco para alcanzar la santidad: «Ser bueno no consiste en no cometer ninguna falta, sino en saber enmendarse».

Generosidad
Don Bosco pedía anteponer el bien común al bien particular. Los jugadores de la selección, tanto los convocados para el Mundial como los participantes en las famosas ‘Ventanas’ clasificatorias, han demostrado un enorme compromiso con el equipo nacional. Esa actitud se traslada también a la cancha. En la final ante Argentina, varios jugadores llegaron a los últimos minutos cargados de faltas tras un enorme trabajo defensivo. Es solo una muestra de la generosidad que han demostrado todos en cada partido.

Alegría
«Tristeza y melancolía, fuera de la casa mía», expresaba Don Bosco. La alegría está en el ADN de las casas salesianas y también en el de esta selección española de baloncesto. Una alegría que nos ha contagiado a todos.

Imagen: https://www.fiba.basketball/