Acompañados por Luis Rosón, hemos explorado y recorrido todos los rincones que fueron importantes en la vida de Don Bosco.
Hemos vuelto a nuestras casas aún más ilusionados con nuestra vocación educativa y pastoral; y hemos sido testigos de la dedicación incansable de Don Bosco a la juventud más pobre y desfavorecida de Turín.
Oportunidad
La peregrinación espiritual ha sido una oportunidad para reflexionar, orar y compartir experiencias, consolidando los lazos fraternales entre los miembros de las diferentes casas salesianas.
Don Bosco es un ejemplo para nosotros de amor, servicio y dedicación a los jóvenes; pero también cabe destacar la figura de Mamá Margarita madre de Don Bosco.
Ella también es una inspiración por su profundo amor y apoyo incondicional a su hijo. Su papel en la vida de Don Bosco fue fundamental, ya que lo guió, lo cuidó y lo alentó en su camino hacia la santidad y en la realización de su misión. Su entrega y sacrificio son un testimonio del poder del amor maternal y del impacto positivo que puede tener en la vida de una persona.
La fe de Don Bosco en Dios y en la Virgen fue fundamental para él, guiándolo en su misión, en su gran sueño hecho realidad de ayudar a los jóvenes más vulnerables.
Hemos sido profundamente felices
Además, Don Bosco fue un revolucionario que recibió ayuda de muchas personas, demostrando que con apoyo y cooperación se pueden lograr grandes cosas.
Estando en el seminario en Chieri pudimos leer la siguiente frase: “Afflictis lentae, céleres gaudentibus horae”. “Las horas pasan rápido para los felices”, por eso podemos decir que hemos sido profundamente felices porque el tiempo ha transcurrido muy rápido en estos días en Turín.
Afflictis lentae; celeres gaudentibus horae.
«Para los tristes las horas pasan lentas. Rápidas para los alegres». Faltaba la primera parte.