Y, sí, “Libres” es un documental atípico de una productora peculiar: “Bosco Films”, especializada en un cine de valores con una propuesta inequívoca, empapada de humanismo cristiano y valores evangélicos explícitos. Por si faltaba algo, eligieron ese nombre tan salesiano en homenaje a San Juan Bosco, patrón del cine español, aunque muchos hoy no lo sepan o lo silencien. (¿Por qué los Premios Goya se celebran en torno al 31 de enero? Busquen la explicación por ahí).
“Libres” es una película documental que no se hace nada larga para su hora y cuarenta minutos, porque la imagen, la música y la propuesta narrativa y temática llegan a fascinar a cualquier espectador maduro que esté dispuesto a bucear en aguas profundas y desconocidas: la vida monástica española actual y, sobre todo, por qué en pleno siglo XXI sigue habiendo hombres y mujeres que se planteen dejar atrás “el mundo” y encerrarse en un monasterio. Lo hacen así para vivir en contemplación, buscando a Dios y el sentido de la vida, yendo a lo esencial de la existencia y ofreciéndose como faros en la noche de una sociedad que rehúye las preguntas de grueso calado sobre la finalidad de nuestro existir, el amor, la libertad, la muerte y el dejarlo todo atrás para seguir a Jesucristo con una opción personalísima y minoritaria, fruto de una vocación largamente madurada.
El evangelista Juan pone en boca de Jesús estas palabras definitivas: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, algo que se sintió como muy cierto en las primeras comunidades cristianas. El autor del documental ha acertado al articular su discurso fílmico en estos tres ejes: “Camino, verdad y vida” y desde ellos componer un mosaico de testimonios de muchos monjes y monjas de diversa edad, procedencia, orden religiosa y experiencia vital. Todos ellos van explicando ante la cámara el origen y desarrollo de su vocación, traspasando muchas veces “la cuarta pared” fílmica, es decir: mirando a los ojos del espectador, pero dejándolo libre -como ellos afirman sentirse- para que cada uno se cuestione y saque sus propias conclusiones sobre la pertinencia de este tipo de vida y sobre el enfoque de la propia vida.
En “Libres” hay también «salidas» fuera del monasterio para mostrar imágenes simbólicas de gran belleza y cargadas de simbolismo, acompañadas en muchos momentos de una música en ocasiones del propio canto gregoriano de los monjes o compuesta para la ocasión con acierto más que notable.
El documental no se propone mostrarnos cómo es el día a día de más de diez monasterios españoles -esa fue la opción del documental francés “El gran silencio”, sobre un cenobio cartujo al pie de los Alpes-. “Libres” intenta demostrar, y creo que lo consigue, que se puede llevar una vida de plena libertad interior y serena aceptación y alegría, yendo a lo fundamental, buscando las raíces y los porqués de la existencia y encontrando a Jesucristo como sentido de la vida, con la ayuda de los hermanos y hermanas del monasterio, nunca como “un negocio del alma” individual y exclusivista, que aleja a uno de los gozos y las preocupaciones de los demás.
En definitiva, “Libres” es una “rara avis” por su género, por su temática, por su potencia propositiva y por la apuesta que supone. Y rompo una lanza por ella. Estoy convencido de que debería ser nominada a los Goya de 2024 en la sección “Película documental”. Eso, si es que no le ponen barreras extra fílmicas insalvables. Ya veremos, ya veremos…
Me reafirmo en recomendar la película.
Muy de acuerdo.
Es curioso que tienen estos documentales que hablan de la espiritualidad intemporal, fruto de la tradición cristiana. Algo tan contra cultural y alternativo. Es la frescura de lo auténtico. Me acuerdo de aquel otro documental sobre la cartuja, y también aquella película francesa sobre la comunidad de monjes asesinada en Argelia.