El nuevo curso ha comenzado también para los centros juveniles salesianos, que ya preparan con entusiasmo sus propuestas para niños, adolescentes y jóvenes. Antes de que den inicio las actividades, los equipos de animadores voluntarios y salesianos viven semanas de intensa preparación que consolidan la base de todo lo que ocurrirá durante el año.
Las convivencias de programación de animadores marcan el punto de partida. Son jornadas dedicadas a planificar actividades, diseñar itinerarios educativos y pastorales, y trabajar en equipo para ofrecer propuestas atractivas, inclusivas y coherentes con el carisma salesiano. También son momentos de formación y convivencia, donde los animadores renuevan su compromiso educativo y su vocación de servicio.
Al mismo tiempo, los centros juveniles abren el proceso de inscripciones y celebran reuniones informativas con las familias para presentar los proyectos, explicar el funcionamiento del curso y resolver dudas, reforzando el vínculo familia-centro.
Todo este trabajo es posible gracias a la entrega de cientos de jóvenes animadores voluntarios, acompañados por salesianos, que dedican su tiempo y energía a hacer de los centros lugares seguros, educativos y llenos de vida. Ellos son ejemplo de juventud participativa y comprometida, que quiere ser “protagonista de la historia”.
Con todo preparado, los centros juveniles salesianos se disponen a abrir sus puertas para seguir siendo espacios de educación en la fe, juego, participación, crecimiento personal y vida comunitaria, al estilo de Don Bosco.
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