La Coordinadora Estatal de Plataformas Sociales Salesianas ha emprendido el Programa de Acogida Integral para jóvenes refugiados en situación de vulnerabilidad, financiado por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social a través del Fondo de Asilo, Migración e Integración. Este programa se desarrolla en Madrid y Sevilla de la mano de la Federación de Plataformas Sociales Pinardi y de la Fundación Don Bosco, respectivamente. El proyecto está destinado a personas de entre 18 y 26 años. Se estima que a finales de 2018 alrededor de 40 jóvenes hayan sido atendidos en cinco pisos de acogida. Por ahora, los primeros 14 jóvenes refugiados se están instalando en las casas habilitadas para su acogida.
En Sevilla hay un piso que acoge ya a cuatro chicos de Guinea Conakry, Guinea Bissau y Siria. Esta casa estaba destinada hasta hace dos años a la Protección de Menores, por lo que «volver a abrir este piso para llenarlo de nuevo de vidas, acompañamiento y sueños por cumplir ha sido toda una ilusión», comenta una de las educadoras. Estos chicos llegaron el 5 y el 6 de febrero, procedentes de distintas asociaciones que trabajaron en un primer momento con estos jóvenes en diferentes puntos de Andalucía. «Aunque solo dos de ellos se conocían porque venían del mismo centro, la unión y la colaboración entre todos han sido espectaculares«, explica una de las educadoras. A pesar de que no hablan mucho español, las ganas de trasmitir ideas, emociones y sentimientos hicieron que el ambiente al principio fuese más distendido, alegre y fácil.
En Madrid, diez chicos procedentes de países como Afganistán o Siria vivirán en los dos pisos cedidos por las Hijas de la Caridad, con las que la Federación Pinardi comparte proyecto en una de sus plataformas sociales, Lumbre. «Ha sido una semana intensa de preparación: engalanar la casa, limpiarlo todo, decorar y hacer calor de hogar para su llegada», comenta una de las educadoras de esta casa. La pasada semana se recibía con emoción la noticia de quién sería el primer chico que habitaría una de las casas: «Sabemos que se llama Mohamad, habla inglés y árabe y llega con una bolsa de Primark con tres camisetas a la que será su primera casa después de dos años». El chico conoce el barrio y también a los tres compañeros con los que compartirá la casa. «Ahora el reto es lograr que en entre 6 y 12 meses puedan no necesitarnos», afirma con esperanza la educadora.
«En nuestro entorno, estos dos pisos de acogida, y quiera Dios que pronto haya otros más, quieren ser una respuesta desde la Iglesia, pequeña pero ilusionada, a la llamada del Papa Francisco para abrir nuestro corazón y nuestras intenciones a los refugiados. Como él decía, ‘acoger, integrar, acompañar’, en nuestro caso, especialmente a los jóvenes», expresaba en un comunicado el Provincial salesiano de Madrid, Juan Carlos Pérez Godoy.
En una primera etapa, las Plataformas Sociales Salesianas atenderán las necesidades básicas de los jóvenes acogidos, como alojamiento, manutención, asistencia sanitaria… También podrán participar en actividades culturales, de ocio y deportivas. El objetivo es crear un ambiente de familia y una rutina, animando también el esfuerzo y el trabajo por parte de ellos. «Esta es nuestra familia; no necesitamos turnos. Hacemos las cosas juntos: unos friegan, otros cocinan…», contaba Mohamad al llegar a la que será su casa.
Uno de los jóvenes acogidos en Sevilla preguntaba al llegar al piso: «¿Podré formarme en lo que me gusta?». Y así es. Los programas de inserción socio-laboral les permitirán formarse profesionalmente, realizar prácticas en empresas y encontrar oportunidades laborales. De hecho, los siguientes pasos son la integración y la autonomía, etapas en las que los jóvenes ya no viven en el piso, sino que reciben el acompañamiento educativo desde las plataformas y otros proyectos paralelos, así como apoyo económico para continuar con su integración social.
El proyecto contempla un trabajo integral, con equipos de más de siete personas, que abarcan todos los aspectos del joven. Cada vivienda tendrá una plataforma y una comunidad educativa de emergencia para proporcionar esa atención integral. Las actividades en los pisos de acogida ya han empezado: «Los chicos han comenzado clases de español de lunes a viernes. También estamos programando actividades deportivas para realizar y manteniendo asambleas grupales para dar cohesión y dinámica a la casa», explica una de las educadoras del piso de Madrid.
Tanto la Federación Pinardi como la Fundación Don Bosco tienen experiencia muy valiosa para este proyecto, desde el programa de inserción laboral para personas refugiadas hasta la atención a jóvenes ex tutelados en los pisos del proyecto Casa Garelli en Madrid o pisos Buzzetti en Andalucía. Con este proyecto se da un paso más en el compromiso de las plataformas sociales salesianas por promover la inclusión integral de jóvenes en situación de vulnerabilidad, fortaleciendo el trabajo de intervención que realizan las entidades miembro, así como la generación de propuestas y sinergias para la transformación social y la lucha contra las desigualdades.
0 comentarios
Trackbacks/Pingbacks