Empezamos un nuevo año, ¡el 2024! Ante nosotros, un nuevo capítulo en blanco de nuestra vida, de nuestra historia por escribir que, día a día, año a año, vamos trazando. Todos los que formamos la gran Familia Salesiana os deseamos, nos deseamos, un feliz año nuevo.
Y este año, para nosotros, tiene un sabor especial pues celebramos los 200 años de lo que, en la Familia Salesiana, conocemos como el Sueño de los 9 años. En 1824, cuando Juanito Bosco contaba con 9 años, tuvo un sueño en el que vio a jóvenes peleando y blasfemando y él se metía en medio de ellos para intentar cambiarlos. Se le aparece un personaje misterioso que le dice que con la mansedumbre podrá cambiarlos. Ante la sorpresa del niño, le dice que le dará también una maestra. Y, en sueños, Juanito ve a una mujer que le indica su misión y cómo realizarla. En el sueño, mientras los personajes hablan, los jóvenes se convierten en lobos y, poco a poco, se van trasformando en corderos.
El propio Don Bosco, que tuvo este sueño tres veces a lo largo de su vida, comprendió el significado del mismo en mayo de 1887, poco antes de morir, celebrando misa en la Basílica del Sagrado Corazón de Roma. Entre lágrimas, ese día, entendió que ese sueño, que había marcado toda su vida, se había hecho realidad. De la mano de María, había trabajado incansablemente para convertir a aquellos lobos en corderos. Había entregado toda su vida en la educación, promoción y evangelización de los jóvenes.
Este 2024 estará marcado, en las casas salesianas, por el recuerdo de ese sueño de Don Bosco, pero, sobre todo, estará marcado por el compromiso de la Familia Salesiana de seguir haciendo realidad ese sueño. Estamos convencidos de la intervención de Dios en la vida de Juanito Bosco, de Don Bosco, para convertirse en signo del amor de Dios a los jóvenes. Muchos hombres y mujeres han hecho suyo el sueño de Juan Bosco para dedicar su vida a la educación y evangelización de los jóvenes. Hoy, doscientos años después, ese sueño sigue haciéndose realidad, es un “sueño que hace soñar”, como dice nuestro Rector Mayor en el aguinaldo para este año. Y queremos seguir soñando, junto a los jóvenes, el mundo que Dios quiere para cada uno de nosotros.
Empezamos un nuevo año, convencidos de que los sueños pueden hacerse realidad, y lo empezamos deseando para todos la bendición del Dios Bueno que se cuida de nosotros:
“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor.
El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz”.
(Núm 6, 24-26)
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