Bajo el lema “El sonido de los patios no es ruido, es vida”, media docena de centros educativos y una amplia representación de entidades y clubes deportivos salieron a la calle tras el cierre de instalaciones deportivas y patios escolares a raíz de quejas vecinales.
El conflicto comenzó en julio pasado, cuando el Ayuntamiento de Barcelona ordenó el cierre de dos pistas deportivas utilizadas por una escuela del barrio de Sant Antoni y por un gimnasio, después de que algunos vecinos denunciaran exceso de ruido. Desde entonces, otros centros educativos temen que sus instalaciones sufran el mismo destino, lo que ha generado un amplio movimiento de rechazo.
Un manifiesto en defensa de los patios escolares
Durante la manifestación, las escuelas presentaron un manifiesto en el que defendieron los patios escolares como espacios fundamentales para la educación integral, el deporte y la salud de niños y jóvenes. Los centros educativos destacaron que ya han tomado medidas para reducir el ruido, pero subrayaron que actividades como las clases de Educación Física, los recreos y las extraescolares no pueden eliminarse.
El manifiesto señaló que Barcelona tiene un déficit de espacios deportivos y de ocio, lo que hace aún más grave el cierre de patios. Además, advirtió sobre las consecuencias negativas que tendría para los niños y adolescentes: “La falta de alternativas lleva al sedentarismo, a las pantallas y a la calle. Actividades y espacios que no son saludables, ni educativos ni seguros”.
Petición a las autoridades
Los manifestantes pidieron al Ayuntamiento de Barcelona y al Gobierno de la Generalitat que modifiquen las leyes actuales de contaminación acústica para adaptarlas a la realidad de los centros escolares. Argumentaron que el sonido de los niños jugando no puede equipararse al ruido de la vía pública y exigieron garantizar los derechos de los menores a la educación, el deporte y el ocio saludable.
“Defendemos la vida, la formación y la salud de los niños y jóvenes de las escuelas. Los patios no son ruido, son educación, salud y alegría”, concluye el manifiesto.
Un conflicto en aumento
El movimiento ha ganado el respaldo de una amplia mayoría social y se teme que, de no modificarse la normativa, más escuelas puedan verse afectadas en el futuro. Los participantes hicieron un llamado a la cordura y a la armonización de los derechos vecinales con las necesidades educativas, advirtiendo que cerrar patios sería “una traición al barrio, la ciudad y los niños”.
Esta manifestación marca un importante punto de inflexión en la defensa de los patios escolares, que se perfilan como un símbolo de la lucha por una educación integral y una convivencia equilibrada en la ciudad.
Desde el lanzamiento más de 1000 personas se han adherido a través de la web https://protegimelspatis.cat/
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