Óscar Bartolomé compartía mesa con Marian Cantalejo (Jesuitina) y Ovi Menéndez (Jesuita). Tres puntos para el diálogo: cómo se reaccionó pastoralmente frente al COVID, qué se ha aprendido y qué ha cambiado en la acción pastoral como consecuencia de lo vivido.
El representante de Salesianos habló de las acciones realizadas durante la pandemia, destacando la iPascua de 2020 y presentando las dos Campañas Pastorales posteriores centradas en la recuperación: “Algo nuevo está brotando” y “Apasionados por la Vida”.
Los aprendizajes han sido muchos, en cada Comunidad Autónoma se ha vivido de forma diferente, pero hay un punto común. “Centrar la fuerza en lo esencia, porque no todo lo que se hacía antes era imprescindible. Esto ha supuesto un ejercicio valioso de discernimiento pastoral”, afirma Bartolomé.
Cuidar y cuidarnos con Dios en el centro
El tiempo de pandemia ha potenciado el valor del acompañamiento, la necesidad de cuidar y cuidarse. Ha hecho ver quién tiene que estar en el centro y como los agentes de pastoral deben dar testimonio.
En concreto, se piensa en ofrecer experiencias de profundidad, atender y acompañar la situación psicológica del alumnado y la comunidad educativa (que el COVID ha hecho más evidente si cabe). “Nuestras escuelas deben ser espacios en los que propongamos lo esencial de nuestro ser, de nuestra identidad”, concluía.
El diálogo se enriquecía con la presentación experiencias de varios centros, con el intercambio de acciones concretas y conclusiones.
Finalizó la jornada con la propuesta de Juan Carlos García del Departamento Pedagógico Pastoral e Innovación de Escuelas Católicas de Madrid. Juan Carlos hizo una presentación en paralelo la historia de la Doctrina Social de la Iglesia y los objetivos del desarrollo sostenible.
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