En este mes de octubre han vuelto a abrir algunos centros juveniles y los jóvenes no han faltado a su cita. Nos hemos encontrado a jóvenes con ganas de vivir, de volver a lo de antes, con ganas de disfrutar las actividades que se ofrecemos en este servicio tan salesiano.
El fin del curso pasado hizo que los animadores nos acercáramos a los jóvenes a través de las redes sociales, lo cual sabemos que agradecen, saben que en este tiempo no nos olvidamos de ellos, que ahí seguíamos. Aunque no hubiera actividades presenciales, se crearon retos, vídeos en directo con animadores respondiendo preguntas de los jóvenes, haciendo recetas o simplemente haciendo vídeos para que nos notaran cerca de ellos. Han vuelto con más fuerza que otros años y esta pandemia no se lleva la esperanza que tenemos de poder volver a abrazar el amor, las lágrimas, la alegría, las sonrisas, la amistad, el acompañamiento… Todo lo que nos regala un abrazo. Los animadores tenemos la oportunidad ahora de escucharles, de acompañarles en los cambios que están produciéndose en sus vidas, cambio de etapa, toma de decisiones o problemas familiares. La gran labor de acompañar al joven.
Juntos, soñamos con ese abrazo que nos demos cuando todo esto termine, con el curso que podremos vivir de forma presencial, viendo sonrisas dibujadas en los ojos y dándonos la mano en la distancia, pero juntos, siempre juntos.
0 comentarios