Papa Francisco: «Nuestros jóvenes nos invitan a asumir junto a ellos el presente con mayor compromiso»

3 octubre 2018

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La Misa solemne celebrada esta mañana en la Plaza de San Pedro, en El Vaticano, ha sido el pistoletazo de salida del Sínodo de los obispos sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.

El esperado Sínodo sobre la juventud se ha puesto en marcha esta mañana con una Misa solemne celebrada por el Papa Francisco, acompañado de los 267 obispos que forman parte de la asamblea como padres sinodales. La estampa de la Plaza de San Pedro abarrotada de fieles se ha vuelto a repetir en una jornada histórica, no solo por el inicio del Sínodo, sino también por la participación de dos obispos de China Continental tras el reciente acuerdo entre la Santa Sede y el gobierno del país asiático para la elección de sus obispos. «Démosles nuestra afectuosa bienvenida: gracias a su presencia, la comunión de todo el Episcopado con el Sucesor de Pedro es aún más visible», ha expresado emocionado el Santo Padre.

Tender puentes
Durante su homilía, el Papa ha recordado el sentido de esta asamblea para tender puentes con los jóvenes: «Ungidos en la esperanza comenzamos un nuevo encuentro eclesial capaz de ensanchar horizontes, dilatar el corazón y transformar aquellas estructuras que hoy nos paralizan, nos apartan y alejan de nuestros jóvenes, dejándolos a la intemperie y huérfanos de una comunidad de fe que los sostenga, de un horizonte de sentido y de vida».

Unir esfuerzos
Francisco ha recogido en su mensaje las peticiones de los jóvenes a la Iglesia reflejadas en los documentos presinodales: «Nuestros jóvenes, fruto de muchas de las decisiones que se han tomado en el pasado, nos invitan a asumir junto a ellos el presente con mayor compromiso y luchar contra todas las formas que obstaculizan sus vidas para que se desarrollen con dignidad. Ellos nos piden y reclaman una entrega creativa, una dinámica inteligente, entusiasta y esperanzadora, y que no los dejemos solos en manos de tantos mercaderes de muerte que oprimen sus vidas y oscurecen su visión».

A la escucha del Señor
«Intentaremos ponernos a la escucha los unos de los otros para discernir juntos lo que el Señor le está pidiendo a su Iglesia», ha indicado el Santo Padre, quien ha advertido una vez más del peligro de caer en la «autorreferencialidad que termina convirtiendo en importante lo superfluo y haciendo superfluo lo importante». Frente a esto, «el don de la escucha sincera, orante y con el menor número de prejuicios y presupuestos nos permitirá entrar en comunión con las diferentes situaciones que vive el Pueblo de Dios», ha aclarado. Y ha pedido encomendar el Sínodo a la Santísima Virgen María: «Que ella, mujer de la escucha y la memoria, nos acompañe a reconocer las huellas del Espíritu para que, «sin demora» (cf. Lc 1,39), entre sueños y esperanzas, acompañemos y estimulemos a nuestros jóvenes para que no dejen de profetizar».

Jóvenes del Concilio; padres del Sínodo
Las últimas palabras del Papa en su homilía las ha dirigido a los padres sinodales: «Muchos de nosotros éramos jóvenes o comenzábamos los primeros pasos en la vida religiosa al finalizar el Concilio Vaticano II. A los jóvenes de aquellos años les fue dirigido el último mensaje de los padres conciliares», les ha recordado Francisco. Después, tras reproducir este mensaje en el que se llamaba a los jóvenes a edificar con entusiasmo un mundo mejor que el de sus mayores, el Papa ha asegurado a los padres sinodales que «la Iglesia los mira con confianza y amor».

Imagen: Vatican News

Homilía completa

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