La primera jornada les llevó a recorrer las encantadoras calles de Dubrovnik, conocida como la “Perla del Adriático”. “Paseamos, compartimos, reímos y también encontramos momentos para el silencio, la contemplación y la gratitud”, afirman.
Este tiempo en Dubrovnik ha sido como un prólogo de la peregrinación: una invitación a mirar la vida con ojos nuevos, a caminar con un paso más confiado y abierto, y a dejarse sorprender por la gracia que siempre nos acompaña.
Por la tarde, del primer día, continuaron rumbo a Medjugorje, donde celebraron la Eucaristía en la casa de las Hermanas Franciscanas. “Fue un momento de comunión que nos recordó lo que dice nuestro Proyecto de Vida Apostólica: `Los Salesianos Cooperadores están convencidos de que, sin la unión con Jesucristo, no pueden nada” (PVA, art. 19)´, concluyen.
Ya en el ecuador del viaje conocieron a Ivanka Ivanković, vidente de Medjugorje y la matrimonio, Patrick y Nancy que son testimonio vivo del mensaje de la Virgen de Medujorje. Por su parte Ivanka transmitía a los peregrinos su experiencia directa con la Virgen y sus encuentros íntimos con la familia cargados de paz, oración y bendición. Y Patrick y Nancy compartieron con el grupo su testimonio de conversión.
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