Cardenales y Obispos salesianos, periodistas internacionales, personalidades del mundo editorial, de la comunicación, de los sindicatos, religiosos, religiosas y personas interesadas participaron con atención e implicación en la presentación del libro El Carisma de la Presencia y de la Esperanza. Un año viajando con Don Ángel Fernández Artime, que se realizó en la mañana del martes 30 de mayo en el Colegio Teutónico del Vaticano. Un texto que, «a través de los viajes del Rector Mayor, revela la singularidad del carisma y de la misión salesiana», como afirmó el editor del libro y Coportavoz de la Congregación, don Giuseppe Costa.
Ante unas sesenta personas presentes en la sala, el Padre Costa dio las gracias al Rector Mayor por haber dado la oportunidad a este libro, a los diversos ponentes que habían aceptado presentarlo, así como a todos los invitados presentes, empezando por los cardenales Tarcisio Bertone y Raffaele Farina; y los obispos Calogero La Piana y Enrico dal Covolo. También se hizo especial mención a la presencia en la sala de Don Pascual Chávez, IX Sucesor de Don Bosco, «signo de que hay un bagaje de tradición que nos empuja hacia delante», como dijo el Padre Costa; y entre los presentes se encontraban también el Consejero General para la Comunicación Social, don Gildasio Mendes, así como el Superior de la Visitaduría UPS, don Maria Arokiam Kanaga.
Para introducir los trabajos, la Directora de ACIstampa, Angela Ambrogetti, describió el volumen como «un nuevo anuario, con nombres, fechas, cifras, lugares, personas» que, acompañados de vívidas imágenes de los viajes, dan cuenta de la actualidad del carisma salesiano en tantas presencias alrededor del mundo.
Por su parte, el primero de los ponentes, Domenico Agasso, periodista de La Stampa, echó una mirada piamontesa sobre el libro. Incluso en un contexto de secularización constante, en las tierras que un día fueron el Santo de la Juventud: «Don Bosco sigue siendo un punto de referencia intocable», señaló. Luego, adentrándose entre las páginas del texto, habló del libro como un «volumen precioso y convincente, que nos hace explorar el mundo a través de los ojos de Don Ángel, y da testimonio de cuánta vitalidad hay en el planeta que a menudo ignoramos». Hojeándolo, el periodista rastreó la vigencia del paradigma de Don Bosco que buscaba en cada joven «ese punto accesible a la bondad». Y alabó el empeño del Rector Mayor por continuar su misión en el mundo, buscando al joven lejano y al necesitado para darle redención social y laboral, a través de la dignidad, la educación, la alegría… y sin olvidar nunca que el verdadero sentido de la existencia requiere una apertura a lo trascendente.
Por su parte, Eva Fernández, corresponsal de la Cadena Cope para Italia –plataforma mediática de la Conferencia Episcopal Española– señaló dos verbos clave que resumen todas las jornadas: «Sostener y animar», refiriéndose a aquellas presencias «que siguen respirando el espíritu de Don Bosco». Enumeró los muchos lugares tocados por el Rector Mayor e ilustrados en el libro, desde las simples «visitas familiares» hasta las etapas más emotivas: con los huérfanos del Tsunami en Tailandia, en la cárcel de menores «Ferrante Aporti» de Turín, en Budapest sosteniendo en sus manos la reliquia del mártir salesiano Esteban Sandor, o en Zimbabue, con el encuentro con el pequeño Sean Cayd, que solo pudo dar una piedra, pero hacerlo con todo su corazón. El valor del texto, subrayó el periodista, reside en que las imágenes hablan realmente de la fuerza de un carisma de «entusiasmo inquebrantable e incansable» y de la presencia continua de tantos salesianos, de modo que se puede decir que «por las obras de los hijos conocemos al padre». El periodista concluyó diciendo: «La lectura de este libro no te dejará indiferente, porque nos demuestra que en algún rincón del mundo siempre habrá algún hijo de Don Bosco para dar lecciones de esperanza».
Luego, fue el turno de Gianni Cardinale, exalumno, de opinar sobre el libro. Con referencias a su juventud y a su experiencia periodística, recordó la presencia salesiana en Roma y la influencia de los Salesianos en la ciudad y en su vida. Alabó la valiente e interesante experiencia mencionada en el texto de la escuela de Alassio, dirigida por laicos, y los numerosos detalles y anécdotas que surgen de la lectura del libro: desde la presencia del mapamundi salesiano de Valdocco, que muestra los ciento treinta y seis países donde se encuentran los Salesianos, hasta las curiosidades inherentes al Rector Mayor: que le gusta la guitarra, que quería ser médico, que juega al baloncesto, que es hijo de pescadores…
Por último, intervino Javier Martínez-Brocal, corresponsal de ABC en el Vaticano, quien señaló que la lectura del libro es un motivo de reflexión para cualquiera que se dedique a la comunicación, porque habla de tantas historias de gran vitalidad que a menudo son ignoradas y suprimidas en el flujo dominante de la comunicación: «¿Dónde estamos mirando? ¿Es la realidad de la comunicación la verdadera realidad? Es la que nos mantiene en marcha, la que nos da esperanza, la que nos hace presentes…», afirmó. A continuación, destacó el entusiasmo de los salesianos y su capacidad de «estar llenos de Dios y transmitirlo con toda alegría». Y remarcó cómo el carisma de presencia que atestigua el libro es un testimonio fundamental para la post-pandemia que estamos viviendo. Por ello, concluyó dirigiéndose al Rector Mayor: «¡Seguid viajando!».
Para concluir, tomó la palabra el propio don Ángel Fernández Artime, que agradeció la simpática y familiar presentación, diciendo que solo había aceptado la propuesta del libro del Padre Costa con la condición de que sirviera para mostrar, como quería Don Bosco, las cosas buenas que se hacen. O, como a él le gusta decir, los muchos «milagros de la educación salesiana» que suceden silenciosamente en el mundo cada vez que la vida de un joven cambia en nombre de Don Bosco.
«Este libro recoge tanta vida que es bueno hacer visible», dijo, haciendo el resumen perfecto del texto.
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