En el marco de la eucaristía, que presidió el Inspector Fernando García, Andrés emitió sus primeros votos como salesiano de Don Bosco. Además de por familiares, estuvo acompañado por un grupo de salesianos de la Inspectoría SSM, jóvenes del centro juvenil de Carabanchel, y otros salesianos compañeros de noviciado que vinieron desde Italia. Entre ellos, Enrico Ponte, el maestro de novicios que le ha acompañado en este proceso formativo.
En la homilía, Fernando García, se dirigió al neoprofeso y, especialmente a los jóvenes presentes, señalando que “merece la pena ser salesiano”, para “ser signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes”. Explicó que hay muchas formas de seguir el camino de Don Bosco, como educadores, como animadores, dedicando tiempo, vida y energías a los jóvenes. Pero insistió en que también hacen falta salesianos consagrados para dedicarse a los jóvenes y ser “cauces de esperanza” para los jóvenes.
El Provincial recordó a los salesianos, dirigiéndose al nuevo profeso, la necesidad de “hacer de la vida oración, ser contemplativos en la acción como Don Bosco”, y señaló las características del salesiano que debe ser cordial con los jóvenes, dar el primer paso, “ser cada vez más cercano y, acompañado por la comunidad, responder a la llamada de Dios en la misión salesiana”. Y propuso un programa de vida ”sencillo, cercano, profundo, vivido en las cosas de cada día: trata de hacerte querer”, que es el lema que Don Bosco pedía a sus salesianos.
Momentos significativos de la ceremonia fueron la oración de toda la comunidad por Andrés, la recitación de la fórmula de la profesión religiosa y la firma de los documentos oficiales de entrada en la Congregación, y la entrega, a Andrés, del libro de las Constituciones salesianas y la medalla como salesiano de Don Bosco con votos temporales.
Al término de la celebración de la eucaristía, Andrés Flores quiso expresar su acción de gracias por el momento que estaba viviendo. Agradeció a Dios el don de la vocación, dio gracias por su familia, amigos, jóvenes que se ha encontrado en diferentes momentos de su camino vocacional, y salesianos más cercanos que le han acompañado en estos años de formación para llegar a dar este paso. Un primer paso en la Congregación Salesiana, que ahora continuará en las etapas formativas que le llevarán, en los próximos años, hasta la profesión perpetua.
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