Fue allí por el 2012 cuando se nos invitó desde la Pastoral Salesiana a hacernos presentes como familia en la Pascua Juvenil de Somalo.
Agarramos los potitos, purés, papillas… y demás utensilios de personitas pequeñas y nos fuimos para allí.
Los jóvenes, que también venían a la Pascua, el primer día no sabían muy bien como interactuar con nosotros; pero los días siguientes ahí estaban, esperando en la puerta a que llegásemos con los más pequeños (en aquel entonces no había calefacción en Somalo y dormíamos en el colegio de Logroño).
De una forma muy experimental fuimos incorporados a la vivencia juvenil de estos días tan importantes para los cristianos.
La Pascua de Somalo nos ha regalado la certeza de que en familia se vive y convive más profundamente. Somalo nos proporciona ese espacio natural, abierto, austero y diferente donde poder vivenciar y hacer posible una convivencia comunitaria plena.
Que destacamos
Crecimiento en la Fe. Nuestros hijos/hijas han madurado una Fe más profunda y sentida. Siempre con la mirada puesta en el más pequeño, hemos cuidado lo celebrativo, hemos conseguido entre todos madurar y vivenciar estos días introduciendo “teatro de sombras”, “murales creativos”, “espacios de creación”, donde los más pequeños han podido interiorizar la Pascua desde el silencio y la observación. Y nos centraban a los mayores viendo cómo ellos eran capaces de estar.
Crecimiento como Familia. Todos: niños, adolescentes, jóvenes, adultos y mayores (abuelos)… todos, desde el encuentro cariñoso, hemos creado un ambiente de familia extraordinario. Cada uno con su servicio, cada uno con su nivel de aportación a la comunidad. Y todo aderezado con la certeza de sentirnos en manos del Padre como Jesús.
Crecimiento como Iglesia. Sacerdotes, salesianos, catequistas, animadores, jóvenes, matrimonios, personas solteras, separadas… una gran diversidad haciendo Iglesia, y viviendo en profundidad eso de ser hermanos cada uno desde su vocación y situación personal. Para los jóvenes esto es la “bomba”.
Ahora, cuando nos dicen: “Es muy difícil para un niño vivir el triduo Pascual”, nosotros les decimos que no, ahora lo difícil para nuestros hijos es no vivir estos días sin vivirlo y sentirlo en clave de Fe.
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