Salesianos Las Palmas peregrina a Teror CONTINUANDO CON LA TRADICIÓN
Por segundo año consecutivo, Salesianos Las Palmas peregrina a Teror: la familia salesiana de Las Palmas ha realizado una emotiva peregrinación, un gesto de profunda devoción para agradecer a Nuestra Señora del Pino por el camino recorrido y para encomendarle el nuevo curso escolar que acaba de comenzar. Esta iniciativa, que ya se está consolidando como una tradición anual, reunió a más de medio centenar de personas vinculadas a la obra salesiana en Las Palmas.
El recorrido comenzó a las 6:45 de la mañana del 21 de septiembre, partiendo desde el Mercadona-Piletas. Los peregrinos, con un espíritu de unidad y fervor, recorrieron los 10 kilómetros y medio que los separaban de la Basílica de Nuestra Señora del Pino, patrona de la diócesis de Canarias, cuya festividad fue celebrada el pasado 8 de septiembre. A lo largo del camino, los miembros de la comunidad compartieron momentos de oración, reflexión y camaradería, en un ambiente marcado por la gratitud y la esperanza para el nuevo año académico.
La llegada a la Basílica de la Virgen de Teror, poco antes del mediodía, fue un momento de gran solemnidad. A las 12:00 se celebró la Eucaristía de acción de gracias en honor a Nuestra Señora del Pino. Este acto fue presidido por el salesiano José Antonio Perdigones Bautista, director de la casa salesiana en Las Palmas. Esta misa, cargada de simbolismo fue una oportunidad para dar gracias por las bendiciones recibido. También para recordar con alegría el reciente cierre de los actos conmemorativos por los 100 años de la presencia de los Salesianos en Las Palmas.
La peregrinación, además de ser una expresión de fe, tuvo un carácter especial al coincidir con el 35º encuentro de los Antiguos Alumnos de Salesianos. Se celebró esa misma mañana en la Villa Mariana de Teror. Este encuentro congregó a numerosos exalumnos, quienes, con gran sentido de pertenencia y afecto hacia su alma mater, compartieron experiencias y renovaron su compromiso con los valores salesianos que marcaron su formación.
La jornada fue un espacio de reencuentro tanto para los miembros actuales de la familia salesiana como para aquellos que han mantenido vivo el legado de San Juan Bosco en Las Palmas. Con el corazón lleno de gratitud y los ánimos renovados, la comunidad salesiana concluyó su peregrinación con la esperanza de un nuevo curso escolar lleno de frutos, bajo la protección y el amparo de Nuestra Señora del Pino.
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