Ser uno mismo

Aprendiendo a Vivir

14 noviembre 2024

Rosalía Feria Vega, SSCC Orientadora en Salesianos San Pedro

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Cada persona es única e irrepetible. Demostrarlo a diario siendo uno mismo tiene un impacto positivo en nuestra salud mental.

El pasado 10 de octubre Rafa Nadal, posiblemente el mejor deportista español de la historia, anunciaba su retirada como tenista profesional. Lo hacía a través de un vídeo lleno de emoción que apenas llegaba a cinco minutos. En él afirmaba que todo lo vivido había sido un sueño hecho realidad y que se iba con la tranquilidad absoluta de haber dado el máximo y de haberse esforzado en todos los sentidos. Inmediatamente comenzó a llenarse la prensa y las redes sociales de las reacciones de miles de personas conocidas y anónimas, de compañeros y adversarios en las pistas, de futbolistas, políticos, paisanos, etc. Carlos Alcaraz se mostró sorprendido tras el anuncio de la retirada y destacó que iba a ser doloroso verlo alejarse de las pistas y añadió “Muchas gracias por ser ejemplo a todos los niveles, tu legado es irrepetible”. Y así es porque por mucho que nos empeñemos en buscar en Carlos al que sustituya a Nadal, nadie puede ser igual a nadie, ni su vida puede ser vivida por otra persona por mucho que tengan en común.

Ser uno mismo es uno de los desafíos más importantes que tenemos los seres humanos en esta época. La sociedad y el mundo que nos rodea nos bombardean constantemente con modelos de comportamiento, estándares de belleza, estilos de vida ideales, que si no estamos pendientes pueden llevarnos a copiar a otros en vez de buscar nuestra propia identidad.

Ser uno mismo es un acto de libertad. Significa actuar y vivir con nuestros propios deseos, creencias, valores y experiencias.

Ser uno mismo es aceptar nuestra singularidad y así desarrollar una autoestima sana.

Ser uno mismo hace que conectemos con personas que valoran y aceptan nuestra autenticidad y a su vez permite que nuestras relaciones sean más sinceras y significativas porque no hay nada que ocultar ni que aparentar.

Ser uno mismo y vivir de una manera auténtica tiene un impacto positivo en nuestra salud mental, ya que querer encajar en moldes ajenos nos puede generar desasosiego, ansiedad y estrés.

Ser uno mismo en esta sociedad que nos arrastra a ser como otros, se convierte en un acto de amor propio y de valentía. Nos permite vivir una vida alineada con nuestra esencia, desarrollarnos plenamente y mantener relaciones profundas y significativas. Lo que más valor tiene en esta vida es la fidelidad con nosotros mismos porque ahí podemos encontrar nuestra propia felicidad.

Desear la vida de otros es un sentimiento que puede dañar nuestro bienestar emocional y la propia percepción sobre nosotros mismos. En una época en la que se nos exponen continuamente las versiones más idealizadas de la vida de los demás, es fácil hacernos creer que esas vidas son más fáciles, más exitosas o más felices que las nuestras. Sin embargo, este pensamiento, nos va a llevar con toda seguridad a una profunda insatisfacción y a desviarnos de nuestra propia vida y de nuestros propios logros.

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