¿Sonreímos?

Aprendiendo a Vivir

7 marzo 2024

Irune López

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A todos nos gusta sonreír. Nos hace sentir bien, genera complicidad cuando lo hacemos acompañados, ayuda a afrontar situaciones complicadas, pero… ¿cómo influye realmente en nuestro estado físico y mental?

El otro día en un viaje fui leyendo un artículo titulado El poder de una sonrisa explicado por la psicología. Me parece interesante compartir alguna de las ideas que aparecen. No sé si somos muy conscientes de algunas de ellas.

¿Qué provoca en nuestro organismo el sonreír? Uno de los primeros puntos a tener en cuenta. Se han llevado a cabo numerosos estudios sobre ello. Sonreír aumenta automáticamente nuestro bienestar. ¿Por qué? Porque, cuando sonreímos, se liberan en nosotros endorfinas, serotonina y otros analgésicos naturales que nos hacen sentirnos mejor. También está comprobado que al sonreír disminuyen inmediatamente en nosotros el cortisol y la adrenalina, que tanto tienen que ver con el estrés.

Tampoco está de más saber que al sonreír destensamos un número interesante de músculos. La sonrisa es una de las principales herramientas que tenemos para relajarnos. En conclusión, si sonreímos a menudo, menos estrés, más relajación y más bienestar. Nos puede ayudar a sobrellevar situaciones de tensión.

Pon una sonrisa

El profesor de Stanford, Ron Gutman, afirma “una sonrisa puede generar el mismo nivel de estimulación que 2000 barritas de chocolate”. Ahí queda eso.

Pero la sonrisa también tiene otros beneficios; por ejemplo, en nuestras relaciones. Las personas que sonríen nos parecen más serenas, acogedoras y sinceras. Se asocia al carisma. Y es que las personas que sonríen tienden a caernos mejor y nos apetece estar con ellas. Nos resultan más creíbles y nos sentimos más dispuestos a confiar en ellas. En conclusión, sonreír nos puede ayudar a acercarnos a los demás.

Además, la sonrisa es contagiosa. Estudios demuestran que “más de la mitad de los sujetos responden con una sonrisa a una sonrisa de un desconocido, mientras que pocos responden a un ceño fruncido con un ceño fruncido”. Fijaos, con una sonrisa, podemos ayudar a los demás a sentirse mejor, a estar más alegres.

Y ya, la guinda del pastel. ¡Sonreír nos hace más atractivos! Estudios muestran que, al enseñar fotografías de personas, las que se puntúan como las más atractivas son las aparecen sonriendo. Ahí lo dejo…

Así que ¡a sonreír! porque, como igual hemos leído: “Una sonrisa es una línea curva que lo endereza todo” (Phyllis Diller). “Una sonrisa es la forma más barata de cambiar nuestro aspecto” (Charles Gordu). “La paz comienza con una sonrisa” (Teresa de Calcuta).

¿Sonreímos? Pero ¡cuidado! Ya lo decía Don Bosco: “Muéstrate siempre alegre, pero que tu sonrisa sea sincera”.

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