Un pequeño “control”

Aprendiendo a Vivir

21 noviembre 2024

Ana Prieto Bernardos Orientadora, ASSCC, Hogares Don Bosco

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“Los hijos no nos pertenecen, si no que nos han sido confiados”. Todo padre cristiano suele tener presente en algún momento estas palabras. Decirlas es fácil, vivirlas es otro cantar.

Las cosas que decimos a nuestros hijos e hijas lógicamente provocan en ellos reacciones. Es interesante pararnos a pensar un momento en cómo les hablamos y qué tipo de actitudes fomentamos con nuestras frases… Os proponemos un pequeño juego.

He aquí una serie de frases. Seguro que alguna nos suena porque a veces se las decimos.

Te pedimos que, por un rato, cambies de perspectiva y te metas en su piel de tu hijo o hija: ¿Cómo te sentirás si tu padre/madre te dice eso?… ¿Qué, reacción, actitud o sentimiento promoverá en ti?…

  • Eres un desordenado 
  • Siempre estás deseando molestar 
  • Así no llegarás a ningún lado 
  • Estoy harto de ti 
  • Si haces eso, ya no te quiero 
  • Aprende de tu hermano 
  • Como sigas así, te voy a castigar 
  • Siempre te estás peleando 
  • Apártate de mí vista, no quiero verte 
  • No sabes estarte quieto 
  • Me matas a disgustos 
  • Cada día te portas peor 
  • Eres un mentiroso 
  • No sé cuándo vas a aprender 
  • No me quieres nada 
  • Así no tendrás amigos 
  • Se lo diré a papá cuando venga  

¿Serías capaz de añadir alguna frase parecida más de tu “propia cosecha”?
Y ahora cambiemos de tercio: Otras frases que solemos decir (a veces con menos frecuencia)     

  • Sabes que quiero para ti lo mejor                   
  • Estoy seguro que eres capaz de hacerlo
  • Muy bien, yo sé que lo harás
  • No dudo de tu buena intención 
  • …… tiene un alto concepto de ti 
  • Si necesitas algo, pídemelo 
  • Sé que lo has hecho sin querer 
  • Estoy muy orgullosa de ti 
  • Sabes que te quiero mucho 
  • Yo sé que eres bueno 
  • Te felicito por lo que has hecho 
  • ¡Qué sorpresa más buena me has dado! 
  • Cuando me necesites, yo te ayudaré 
  • Así me gusta; lo has hecho muy bien 
  • Noto que cada día eres mejor 
  • Creo lo que me dices; sé que lo harás 
  • Tú mereces lo mejor 
  • Puedes llegar a donde tú quieras 
  • Estoy seguro que las próximas notas serán mejores  

Añade tus propias frases “motivadoras”.

Y ahora intenta señalar las que se pueden usar incluso cuando se les está “riñendo”.

Os animamos a utilizar estas frases e ir desterrando las otras porque éstas transmiten nuestro cariño, nuestra verdadera intención y movilizan lo positivo
Al reñirles -hay que hacerlo- debemos decir la verdad, pero sin “machacar”.

Un truco:
Al reñir, describir lo que han hecho mal (“No has estudiado lo suficiente”) evitando las frases que empiezan con “Eres…” ya que no nos interesa que se “etiqueten” como “malos”. En cambio, al alabarles, que es muy importante hacerlo, hay que hacer lo contrario: Usar mucho el “eres”, para que se sientan “buenos” y tiendan a portarse así.

Y el mejor: SORPRENDERLES HACIENDO ALGO BIEN Y DECÍRSELO. Un buen objetivo para realizar por lo menos una vez al día.

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