El título de este post lo suelo decir cantando. Es el final de una pregunta de Juan Bosco en una canción del musical “Don Bosco”: ¿quién eres tú que me hablas al corazón y me mandas algo imposible?
Es, como nos explicaba Fabio Attard en su visita a nuestra casa salesiana en Pamplona, una situación recurrente en la vida de Don Bosco, sentir que tenía por delante situaciones imposibles que resolver. Y que afrontaba y sacaba adelante, claro, por supuesto no sin dificultad, pero no se rendía.
¡Cómo me gustaría sentarme con él en esos momentos en los que estaba a punto de rendirse y que me dijera “esto es lo que hago para darle la vuelta”!
Tres claves parece que le ayudaban en esa determinación, según lo que nos contaba Fabio en su charla (que son una reflexión en torno al sueño de los 9 años que este año celebramos). De forma muy esquemática:
1.- A través de relaciones auténticas que transforman y salvan.
2.- Siendo conscientes de que Dios tiene un proyecto sobre nosotros.
3.- Y todo con instrumentos sencillos, siendo nosotros mismos humildes y sencillos.
Las tres claves aparecen en la respuesta:
Yo soy aquella que saludas en la oración.
De tu madre bien lo aprendiste.
Tú lograrás la utopía hacer realidad y sencillo lo que es imposible
¡No con golpes, con amor!
Con esa orientación nada parece imposible, todo se vuelve fácil.
No quiero que se me olvide eso de las relaciones auténticas, con una mirada sencilla, dejando que Dios actúe… ¡Tengo trabajo por delante!
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