Y al final…
Es curioso que, en los evangelios, hay un momento en que María desaparece de la historia de Jesús… hasta el final.
“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena” dice Juan.
Jesús, agonizando, piensa en Ella. No puede dejarla sola, sin “hijo”. Por eso un último mensaje y gesto de cariño: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Y luego a Juan “Ahí tienes a tu madre”.
Donde sea, Ella sigue al lado, de pie, junto a nuestras “cruces”, en el dolor, en la incomprensión, en el fracaso, … en el pecado en el perdón. Como a Juan nos sigue queriendo como “madre” que encontrará en nosotros el cariño de Jesús. ¡No podemos abandonarla!
FLOR: Esfuérzate hoy en sentir la cercanía de María. Dile un “gracias” grande por seguir ahí.