Nuestra Señora de la sonrisa
La cosa tiene que ver con santa Teresita de Lisieux cuando aquel 13 de mayo de 1883, muy joven y gravemente enferma, mirando la imagen que tenía junto a su cama, invoca a María: “mamá… mamá…”
Nos cuenta que vio transformado el rostro de la imagen: “…lo que llegó hasta el fondo de mi alma fue su arrebatadora sonrisa”… “la Virgen, pensé, me ha sonreído”.
En casa la imagen paso a ser la “Virgen de la sonrisa”.
Todos, llevamos dentro las sonrisas de nuestras madres, cuando ni siquiera sabíamos hablar y nos animaban a contestar con otra, cuando perdonaban nuestras ocurrencias o travesuras, compartían nuestros pequeños o grandes éxitos, desbordaban comprensión y esperanza si la cosa no iba tan bien, la que, a lo peor, hoy nos falta en su ausencia.
FLOR: Intentemos ser hoy el espejo que refleja las sonrisas de María y de nuestras madres.
Tiempo interior
Dedica un tiempo de reflexión al comentario del Evangelio en Tiempo Interior, con José J. Gómez.