María, mujer alegre
María pasa del saludo a su prima al saludo a Dios en el Magnificat y proclama sus maravillas. Su corazón estalla de gran alegría y alaba a Dios.
No habla de sí misma sino del hacer de Dios en su vida, en la de Israel y en la de la humanidad.
Y todo lo sintetiza en dos motivos de alabanza:
¡Dios ha tenido en cuenta la humildad de su esclava! y ¡ha hecho cosas grandes por ella y por el pueblo!
Mujer sinodal vive y comparte la alegría con un sentido profundamente comunitario.
Como Iglesia sinodal, caminamos al encuentro con el Dios que nos llena de sentido, nos reúne, nos llama y nos envía como testigos de familia y de convivencia como pueblo de Dios unido en el amor.
FLOR: Puedes rezar alegre tu “magnificat” con María recordando las cosas grandes recibidas en tu vida: la familia, tu formación, tu fe. Mira Lucas 1, 46…
Tiempo interior
Dedica un tiempo de reflexión al comentario del Evangelio
RETO MARIANO
Colocar un retrato del Papa Francisco (donde se vea alegre y sonriente) y exponerlo junto a la Auxiliadora para que todos lo vean. Hoy se trata de saludarnos esbozando una sonrisa durante todo el día. El Papa nos invita a vivir la alegría y nosotros de esta manera construimos Iglesia y comunión.