DIA 9 – La violeta
CON FLORES A MARÍA
Crece naturalmente en territorios de Europa y Asia. De pequeño tamaño y dulce fragancia, su perfume se expande con fuerza, convirtiéndola en símbolo de humildad y servicio silencioso.
En muchas tradiciones, representa la discreción y sencillez del alma generosa, la humildad y el servicio.
Embellece sin llamar la atención y nos enseña la verdadera grandeza de la entrega sincera y desinteresada y del amor auténtico que, lejos de cualquier protagonismo, se refleja en gestos diarios de bondad y sacrificio.
Casi oculta, como la violeta, María presta su humilde servicio en la vida de la Iglesia con un amor silencioso que sostiene, consuela y guía cuando acudimos a Ella. Una invitación a ser reflejos del amor de Dios en la sencillez y el servicio, día a día, a los hermanos.
RETO MARIANO
En nuestro caminar no estamos solos y nos acompañan santos… Vamos a recordar algunos nombres de “jóvenes santos” que la Iglesia destaca. Se trataría de colocar una imagen de algunos de ellos y pedir a la Auxiliadora que nos ayude a ser como ellos. Recordamos algunos ejemplos: San Francisco de Asís: siendo muy joven escuchó el llamado del Señor a ser pobre y restaurar la Iglesia con su testimonio. Santo Domingo Savio: le ofrecía a María Auxiliadora todos sus sufrimientos, cuando Don Bosco le enseñó que la santidad supone estar siempre alegres. Beato Ceferino Namuncurá, joven hijo de cacique de pueblos originarios en Argentina, que se hizo seminarista salesiano para llevar a su tribu a Jesucristo. ¿Conoces a Bartolomé Blanco? ¿Y a Laura Vicuña?