María, Mujer de la Iglesia
Cuando el Concilio Vaticano II, dedicó el ca- pítulo 8 de la Lumen Gentium a María nos hablaba de la “unión de la Madre con el Hijo en la obra de la salvación”, de su fidelidad al “sí” de la Anunciación mantenido incluso junto a la Cruz, de su misión salvadora e intercesión después de su Asunción, como madre que nos comunica los dones de la eterna salvación, cuida con su amor materno de los hermanos de su Hijo que peregrinamos y se mantiene cerca cuando nos debatimos entre peligros y angustias, luchando hasta el fin contra el pecado y el mal.
¡Por eso, la Iglesia, nos recomienda el amor a la madre y la invoca como Abogada, Auxiliadora, Socorro o Mediadora!
FLOR: Como seguidores de Jesús e hijos de María compartimos su misión recordando a quienes, perseguidas por su fe, necesitan luz y fortaleza.