Rasha tiene 10 años y vive en Alepo. Desde que nació sólo conoce la guerra en Siria. Además, el terremoto del pasado año destruyó su casa. Va a clase a una escuela pública musulmana porque su familia no tiene dinero para pagar una escuela católica, pero gracias a los misioneros salesianos participa por las tardes en el proyecto de clases de refuerzo en el oratorio Don Bosco y saca buenas notas. “En Don Bosco aprendemos, jugamos… así que me encanta porque nos sentimos seguros y en un ambiente de paz”, explica la menor.
Millones de menores en el mundo tienen el sueño de ir a la escuela y aprender. Sin embargo, la pobreza, la salud y la guerra son impedimentos para lograrlo. La guerra en Gaza ha cumplido cien días y la población sobrevive en medio de una emergencia humanitaria. Desde hace 23 meses el conflicto en Ucrania condiciona la educación de miles de menores y jóvenes desplazados y refugiados por la violencia, y numerosos países de África han sufrido golpes de Estado en el último año y viven situaciones de inestabilidad y violencia.
Día Internacional de la Educación
Las escuelas salesianas son mucho más que un lugar en el que aprender: son un refugio seguro en el que también comen, aprenden hábitos de higiene y vida saludable, tienen agua potable, juegan… El lema del Día Internacional de la Educación de este año (que se celebra este 24 de enero), Aprender para una paz duradera, anima a educar en una cultura de paz con la herramienta de la enseñanza de calidad y accesible para todos.
Misiones Salesianas, junto a los misioneros salesianos que trabajan en más de 130 países, en los tres últimos años, ha invertido más de siete millones de euros para desarrollar 243 proyectos educativos en 67 países de cuatro continentes. Gracias a ellos, cerca de 165 mil niños y jóvenes se han beneficiado de manera directa y han mejorado sus condiciones educativas.
Material educativo, formación del profesorado, acondicionamiento de nuevas aulas, instalación de placas solares, herramientas y máquinas para la enseñanza profesional, ayudas para estudios superiores, material informático y tecnológico, becas de estudio y de comedor para los menores más desfavorecidos… son algunos de los objetivos logrados gracias a estos proyectos en los últimos 36 meses.
Pero no podemos olvidar que hay al menos 250 millones de menores y jóvenes en el mundo que están sin escolarizar y 763 millones de adultos son analfabetos. Por estos motivos seguimos comprometidos con el derecho fundamental de acceso universal a la educación, que es nuestra razón de ser, para construir un futuro más sostenible e inclusivo fomentando la cultura de paz.
Casi 2,3 millones de niños, niñas y jóvenes reciben educación en los centros salesianos de los cinco continentes y conocen el poder que tienen los libros y los lapiceros para transformar el mundo en un ambiente de paz. Gracias a esa enseñanza de calidad son jóvenes que miran al futuro con esperanza y que se convierten en los protagonistas de sus vidas y dueños de sus sueños.
0 comentarios