Después de las presentaciones de los Consejeros Generales en el Capítulo General 28 (CG28), ayer por la tarde, el Rector Mayor tomó la palabra. Por primera vez en la historia de la Congregación, el Informe del sucesor de Don Bosco fue transmitido en vivo a través de las redes sociales: una forma útil de comunicarse con muchos laicos y miembros de la Familia Salesiana. Una palabra, la del Rector Mayor, que es también el resultado de las numerosas experiencias vividas en encuentros personales durante el sexenio; concretamente se ha reunido con más de 13.000 hermanos. «¿Cuál es el estado de nuestra amada Congregación?», planteaba la pregunta presentada al principio del Informe, que encontró respuestas donde las luces eran más que las sombras.
«La visibilidad y la credibilidad de nuestra vida consagrada ha disminuido. Es una debilidad y también un desafío permanente que se afronta con fe y coraje. Los más de 400 novicios que cada año inician la vida salesiana, son un regalo que confirma que nuestra Congregación no ha perdido su fidelidad«, dijo el Rector Mayor.
Hay que decir que las tareas encomendadas por el 27º Capítulo General al final del mismo (que pertenecen más a Dios, a los hermanos, a los jóvenes) son tareas que han sido asumidas y han hecho su camino.
La Congregación sigue siendo una congregación misionera en los muchos contextos en los que está presente: donde el cristianismo es una minoría, en contextos islámicos o budistas, por ejemplo, o donde hay una presencia bien establecida, como en la tierra del Amazonas. En esta realidad, hay 47 comunidades y 245 hermanos salesianos. Esta vocación misionera sólo puede crecer en la voluntad de solidaridad entre las Provincias, con el intercambio de hermanos.
«Como Salesianos, seguimos siendo educadores y evangelizadores de los jóvenes«: privilegiamos la evangelización, se presta más atención al acompañamiento, se involucra más a las familias.
«Como Congregación, nos sentimos parte activa de la Iglesia, en unión con el Papa Francisco, siempre dispuestos a aceptar sus indicaciones como se ha destacado en los recientes Sínodos sobre la familia y los jóvenes».
Son muchos y numerosos los compromisos en los que el fenómeno de la migración o la realidad de los refugiados y migrantes es fuerte.
Todo esto adquiere más consistencia, porque los Salesianos animan cada vez más comunidades educativas con los laicos y otros miembros de la Familia Salesiana.
No faltan los llamamientos. En primer lugar, el de la formación, para reforzar y dar mayor identidad carismática salesiana en los años de formación inicial, sin olvidar todos los años de vida.
Siempre es necesario seguir recogiendo el llamamiento de los jóvenes, que piden ante todo presencia y acompañamiento: «Haz el viaje con nosotros, necesitamos tu presencia», se indicó. Debemos seguir acompañando a los que se dedican a tareas gubernamentales, en primer lugar a los inspectores y sus vicarios.
El Rector Mayor ofrece palabras de aliento para continuar en la fidelidad después incluso de momentos difíciles de sufrimiento, y hoy la Congregación está más purificada, más robusta, más serena.
Una Congregación que crece continuamente incluso en la solidaridad económica, sobre todo para hacer frente a las numerosas situaciones de dificultad para vivir lo ordinario y sufragar los gastos de formación. La providencia y muchos benefactores no faltan.
Los jóvenes más pobres, compartir la misión con los laicos o estar activamente presentes en la realidad digital son otros de los retos que debe estudiar el CG28. Y el estudio continúa en los próximos días con momentos de reflexión, oración y confrontación en los grupos regionales.
A Dios elevo mis plegarias por los frutos del Capítulo General 28, que la espiritualidad Salesiana no se siga perdiendo en el Colegio Santa Inés (Santa Tecla, en El Salvador).