El sábado 5 de octubre Salesianos Linares celebró su primer Salesianos Music Fest, una jornada dedicada a la música y protagonizada por alumnos del colegio que resultó todo un éxito de participación. Los alumnos de segundo curso de Secundaria, con la supervisión de su profesora de Música, María Duro, culminaron un proyecto de clase que arrancó el curso pasado y que este curso se ha hecho realidad.

Ellos fueron los responsables de lo que se vivió en los patios de la presencia salesiana. Un festival solidario a favor de Fundación Don Bosco y de la Asociación Pídeme la luna que permitió a los más de 250 participantes disfrutar  en directo de la música de Teresa Mood y Dordago y de las presentaciones y animación de Pedro Guido.

«Fue el colofón al trabajo en equipo, a la dedicación, a la solidaridad y también a la puesta en valor de cultura musical de nuestra ciudad» explicaron desde el centro salesiano. Y agradecieron a los asistentes su participación con estas palabras «Gracias a todos por hacerlo posible, a todos los que habéis colaborado, participado y ayudado en la preparación, y a todos los que nos acompañasteis como público.

La casa salesiana de Linares

Salesianos Linares se encuentra durante este año celebrando su 60 aniversario, han sido numerosos los actos en los que se ha conmemorado la llegada de los primeros salesianos a la ciudad en 1964. 

Los primeros salesianos en llegar fueron: Juan Manuel Cereceda, Luis Fernández, Antonio Guzmán y Abraham Lorenzo. Pronto la actividad salesiana tomó dos líneas esenciales de trabajo: Parroquia y Colegio. El contrato de obras para la construcción del Colegio se firmó el 16 de julio de 1968. Las obras se iniciaron el 2 de agosto de ese mismo año. El 12 de septiembre del 68, el Obispo adjuntó a Antonio Altarejos García el nombramiento de Párroco de San Agustín a favor de Miguel Gamero Sánchez. En 1970 era el Director de la Obra Gregorio Santana y como encargado del Colegio Fernando Ruiz Gamero.

Se iniciaba así un proyecto extraordinario que puso de relieve la importancia de la Obra Salesiana en la ciudad durante todo este tiempo. Su entrega y trabajo, no sólo entre la ciudad sino en todos aquellos lugares de la provincia en la que su labor ha sido requerida se cumplió, dando fiel reflejo de devoción y esfuerzo.

Expandir la devoción a María Auxiliadora y mostrar el carisma de D. Bosco como ejemplo a seguir, como padre y educador de los jóvenes, ha sido su trabajo y su señal de identidad. El sueño de los primeros salesianos y aquel grupo de entusiastas amigos del Colegio Salesiano de Utrera, se ha vio cumplido en la realidad.